Cuando hace diecisiete años adquirió la casa en la que vive en Cuevas de Altázar, no imaginaba que la regularización «iba a ser así de problemática». Antonio Cubero relata que compró la vivienda, «me puse al día con la documentación que me dieron y desde entonces estamos machacando» para finalizar el proceso de regularización, que, en teoría, «estaba agilizado». Es más, afirma que cuando compró la vivienda «no lo veía difícil, pero después me dí cuenta de que en la asamblea se vota una cosa, se paga, y después se pasa un año y luego otro, y siempre falta que el Ayuntamiento dé un paso». A esto se unen otras complicaciones como, por ejemplo, «los mareos en el Registro de la Propiedad», donde «llevamos más de un año».

A su juicio, «el problema no es nuestro, porque todo el mundo quiere tirar para adelante y que todo esto termine».

Este vecino también asegura que «hemos ido pagando» y «todas las exigencias que nos piden se van cumpliendo pero con una lentitud descomunal», que hace que «te aburras» y que «todos estemos desesperados».

Antonio, que es uno de los vecinos «jóvenes», ya que «hay gente que lleva toda su vida», considera imprescindible que Urbanismo permita «ir haciendo las obras y avalándolas poco a poco» para poder asumir el coste que suponen las obras de urbanización, que, al igual que el resto de sus vecinos, considera inasumible.