Alumna de cuarto curso de Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural en la UCO, esta universitaria de 23 años estuvo el año pasado de Erasmus en la Universidad de Lovaina, KU Leuven, en Bélgica, durante seis meses. Para ella, «salir de mi zona de confort, descubrir un nuevo país y mejorar mi inglés» fueron sus principales motivaciones para participar en este programa, cuyos trámites y papeleos son, a su juicio, «lo más dífícil de llevar y la parte más fea de realizar un Erasmus». Una vez allí, Carrillo recuerda que su día a día lo pasaba entre las clases, la compra, la cocina y la práctica de deporte; mientras que los fines de semana se dedicaba a viajar, «que allí era muy barato». A su juicio, lo mejor de la experiencia ha sido conocer a gente de otros países, «y he aprendido un montón, tanto personalmente como de idiomas». Lo peor, «que he perdido un año de la carrera, debido a que no he podido convalidar algunas asignaturas, aunque ha merecido la pena».