Agustín Martínez Becerra se ha convertido en una de las caras más conocidas para el periodismo de tribunales en los últimos meses. Fue abogado defensor de La Manada de Pamplona, un grupo de hombres conocido con este término por el chat de Whatsapp que empleaban para comunicarse y que ha sido condenado por una violación grupal en los Sanfermines del año 2016. Ahora también representa a los cuatro miembros de esa Manada (también fue condenada una quinta persona) que fueron acusados de, presuntamente, abusar sexualmente de una joven de Pozoblancocuando esta viajaba, al parecer, inconsciente en un coche junto a ellos. Sin embargo, hace meses también se anunció que defendería al Cuco, relacionado con el asesinato de la sevillana Marta del Castillo, y él mismo recuerda su trabajo en el caso del bar Arny.

A partir de mañana volverá a aparecer en la prensa con motivo del juicio que celebrará el Penal 1 de Córdoba por los referidos presuntos abusos de Pozoblanco. En los últimos días se ha conocido que solicita la absolución de los encausados y que, en las cuestiones previas, tratará de anular la principal prueba de cargo, el vídeo que recoge los tocamientos. De acuerdo con lo que ha trascendido hasta el momento, considera que se hizo una investigación prospectiva (rechazada por el Poder Judicial) y que el juzgado instructor envió a dos agentes a Córdoba para provocar la denuncia de la víctima, aunque en esta entrevista prefiere no pronunciarse sobre esta cuestión.

Este periódico también ha contactado con el abogado que ejercerá la acusación particular en este causa que, por ahora, ha declinado realizar declaraciones.

-A lo largo de su trayectoria profesional ha trabajado en distintas causas relacionadas con delitos sexuales, ¿está especializado en ellos?

-Soy abogado en ejercicio desde hace 29 años y he defendido multitud de asuntos, tanto en la posición de defensa como de acusación particular. Últimamente es cierto que he llevado asuntos de índole sexual. Fíjese, en su día fui uno de los letrados que defendió a los acusados en el proceso denominado Arny, que tuvo una importante trascendecia mediática, y ahora nos encontramos en la defensa de otro tipo de procedimientos también mediáticos como el que nos ocupa.

-¿El hecho de que los cuatro procesados cuenten con una condena previa del Tribunal Supremo por la violación de una joven en los Sanfermines del 2016 (dos meses después de los presuntos hechos ocurridos en Córdoba) puede influir en la sentencia de esta causa?

-No tiene porqué. Confiamos plenamente en la independencia del magistrado al que por turno le ha correspondido el presente asunto. No deben existir causas generales contra nadie.

-Recientemente, ha solicitado que se retire el vídeo de los hechos como prueba. ¿Por qué cree que debería hacerse?

-Mire, hemos impugnado la admisión como prueba del precitado vídeo. Los argumentos, como entenderá, debemos exponerlos en la sala ante su señoría, si bien entendemos que son irrefutables.

-En alguna ocasión ha llegado a solicitar calma ante estos casos, ¿entiende que se ha generado demasiado revuelo en la opinión pública?

-¿Demasiado revuelo? Mucho más. Sin duda, ha habido un movimiento político-social cuyo objeto era obtener una sentencia condenatoria que, sin duda, tuvo el éxito perseguido a través de una sentencia del Tribunal Supremo que tuvo más de teatralización política que de argumentación jurídica.

-En su opinión, ¿se está produciendo un juicio paralelo por estos hechos?

-Calificarlo como juicio paralelo es quedarse muy corto. Mis patrocinados estaban condenados mucho antes de la celebración del juicio. Enfrentarse a ello es muy difícil, aún así, hemos llevado el ejercicio del derecho de defensa hasta sus últimas consecuencias. Cuando la presión política ataca, es prácticamente imposible que los más altos tribunales se resistan y más si alrededor existían otros asuntos de más calado como el procés, cuya sentencia debía aparecer posteriormente a la nuestra.

-En su labor de defensa, ¿sostiene que no se cometieron abusos sexuales en el caso de Pozoblanco?

-Un procedimiento judicial se rige de acuerdo a unos criterios y unos principios, en este caso entendemos que se han vulnerado y por ello no cabe entrar ni tan siquiera en el tipo delictivo.

-¿Cómo se explicaría el estado de inconsciencia de la supuesta víctima?

-No se preocupe, que eso quedará perfectamente claro una vez concluya la vista oral.

-¿Coincide en que, como solicitan numerosos colectivos y ya ha anunciado el Gobierno de España, sería necesaria una revisión del Código Penal en cuanto a los delitos sexuales?

-La revisión de los delitos contra la indemnidad sexual que introdujo la diferencia entre abuso y agresión sexual proviene de 1995, y fue orquestada por el Partido Socialista Obrero Español con apoyo de otros grupos de izquierda. Sin duda, siendo execrables todos los delitos de esta naturaleza, no es lo mismo y no puede castigarse de la misma manera cuando el ataque a la mujer se lleva a cabo con violencia o intimidación.

-Tratándose de unas causas judiciales con tanto impacto en los medios de comunicación, ¿cómo han afectado estos casos de ‘La Manada’ a su vida profesional y privada?

-Eso no tiene ninguna importancia. Yo solo soy un humilde abogado de provincias que intento ejercer con dignidad mi trabajo. Nada más.