La crisis del coronavirus no debe ser obstáculo para que la población infantil continúe recibiendo las vacunas del calendario vacunal gratuito de la sanidad pública andaluza. Así, lo apunta la pediatra María Luisa Serrano, del centro de salud de Huerta de la Reina, que señala que, aunque debido al estado de alarma hay que quedarse en casa, es «fundamental» que los menores reciban las vacunas que corresponden a los 2, 4, 11, 12 y 15 meses, a la edad que les toca, mientras que el resto de vacunas incluidas en el calendario (que se pueden consultar en el gráfico adjunto), de la etapa infantil y adulta, puede posponerse su administración hasta que se recupere la actividad sanitaria habitual. «Sin embargo, en los niños de hasta 15 meses es muy importante haber recibido esas vacunas porque hay enfermedades que pueden circular si baja la cobertura vacunal, como la tos ferina, que es una patología grave en los niños», indica esta doctora. «Por eso, la primera dosis frente a la tos ferina se pone a los 2 meses de edad. El calendario está muy bien estructurado y no se debe cambiar», expone.

María Luisa Serrano indica que otras vacunas que tampoco se están poniendo actualmente son las de pago, como la de la meningitis B (Betxero) o la nueva incluida en el calendario vacunal gratuito, a los 12 meses y a los 12 años, ACWY (Nimenrix), que protege también frente a varios tipos de meningitis y que algunas familias se las ponen a sus hijos de forma privada, porque cuando comenzó a ser financiada la vacuna por la sanidad pública el pasado enero sus hijos tenían más de 12 meses y le queda aún mucho para los 12 años. La del rotavirus, que también es privada, como se administra de forma oral, algunos padres se la están poniendo a sus pequeños cuando toca o la están retrasando.

Serrano es una de las dos pediatras del centro de salud de Huerta de la Reina. Ambas profesionales se van repartiendo la atención de la consulta de patologías habituales, con la de respiratorio, donde se atienden los posibles casos de coronavirus, aunque a su vez cada una se responsabiliza de la atención telefónica a sus pacientes habituales, ya que conocerlos previamente les ayuda a prestar una mejor asistencia. Esta pediatra recalca que es muy difícil diagnosticar el coronavirus, porque «no se pueden hacer test ni en los casos leves ni asintomáticos. Se le hacen a los niños que ingresan en el hospital y que sepamos hasta el momento en Córdoba no se ha detectado ningún caso positivo de coronavirus en niños».

María Luisa Serrano resalta que los padres no deben tener miedo a venir al centro de salud a ponerles las vacunas a sus hijos o a una consulta presencial que haga falta porque, una vez hablado previamente por teléfono con la pediatra, esta médica decida que es necesario hacer una exploración al niño. «Después de cada niño se limpia todo y la consulta se queda en condiciones seguras. Además, en nuestro centro de salud tenemos medios para protegernos y las salas de espera están vacías. El otro día atendí en mi consulta a un niño que llora siempre, pero no se asustó cuando me vio con la pantalla protectora», añade esta pediatra. «Nos preocupa que haya familias que dejen de traer a sus hijios al centro de salud y que no estén consultando problemas importantes, ya que desde que empezó la crisis del coronavirus han bajado muchísimo las consultas presenciales. Por ejemplo, si un niño presenta fiebre durante más de cuatro días sus padres no pueden dejar de preguntar a la pediatra. Que llamen a Salud Responde y que pidan cita cuando crean que puede ser necesario. Habrá cuestiones que se puedan resolver telefónicamente, como renovar recetas (caso de la alergia que es ahora habitual), abordar cuadros catarrales, responder a dudas de alimentación o de puericultura, Pero otras patologías tienen que seguir atendiéndose en consulta presencial», subraya.