Hasta el año 2013, Raúl Cobacho trabajaba en una empresa distribuidora de vinos y alimentación. Se vio obligado a dejar su empleo por una enfermedad, que le mantuvo dos años alejado del mercado laboral. Cuando pudo volver, lo tuvo complicado y la única salida que se le presentó fue montar su propio negocio. Y así lo hizo. Aprovechando sus conocimientos sobre el sector del vino y la alimentación gourmet, montó una vinoteca, pero las cosas no funcionaron. «No tenía ningún ingreso, incluso acumulaba pérdidas», recuerda Raúl, quien en lugar de tirar la toalla decidió dar un nuevo paso adelante y cambiarse a otro local, más grande y mejor situado, desde el que intentar que su aventura empresarial tomara forma. En abril de 2017 es cuando abre la Enoteca y Vinoteca Bordelesa, situada en Dolores Ibárruri, 21, junto al parque de María La Judía. «Vamos tirando, unos meses mejor y otros peor», apunta Raúl, quien hace hincapié en que en época de crisis, si quieres sobrevivir, hay que apostar por algo que se diferencie del resto. Ese es su caso, ya que su negocio combina la tienda con el consumo, y todo a precio de comercio, no de hostelería. Asume que, si no hubiera sido por esta opción profesional, habría tenido difícil encontrar un trabajo. «Por edad, no te dan una oportunidad, a pesar de que tengas la mejor experiencia». Raúl, casado y con dos hijos, lamenta además que «hoy en día se busca a gente joven, con contratos en formación y con bajos sueldos». «Yo, con mi negocio, tiro para adelante», afirma.