El Ayuntamiento de Córdoba y la Universidad Loyola han firmado un protocolo de colaboración público-privada para la transformación social de los barrios de Palmeras, Moreras y Guadalquivir, un ambicioso plan que quiere ir más allá del asistencialismo y que da hoy este primer paso -si bien en el caso de Palmeras los trabajos están más avanzados porque ya existe un plan integral-- con un horizonte temporal a medio y largo plazo. El alcalde popular, José María Bellido, y el rector de la Loyola, Gabriel M. Pérez Alcalá, han rubricado este convenio, en presencia de la concejal de Servicios Sociales, Eva Timoteo (Cs), y de representantes de los tres barrios, que tendrán un papel fundamental en el diseño y en la puesta en marcha de las medidas y los programas que se acuerden. De hecho, esa es una de las principales novedades de este proyecto respecto a otros anteriores: el desarrollo y la salida de esos barrios tiene que nacer en los mismos, por lo que no consistirá en que "venga gente de fuera con la solución debajo del brazo", ha matizado el alcalde.

El Ayuntamiento y la Universidad Loyola ya habían empezado a trabajar en Palmeras. El convenio firmado hoy se gestionará con un modelo similar al de los proyectos de cooperación internacional y ambas partes, Ayuntamiento y Universidad, aportarán una cuantía económica. Ninguna de las dos instituciones (el Ayuntamiento, por ejemplo, está a expensas de aprobar su presupuesto) ha concretado cuál será esa aportación económica, pero han garantizado que será "muy importante". La actuación de Palmeras, Moreras y Guadalquivir irá paralela al desarrollo del plan estratégico de ciudad en el trabaja el equipo de gobierno para el resto de la ciudad. El alcalde ha incidido en la importancia de que todos los barrios caminen a la par. "Córdoba no puede permitirse apostar por el crecimiento de la ciudad en desigualdad", ha dicho.

El rector, por su parte, ha explicado que la implicación de la Universidad Loyola en este proyecto nace con la vocación de la Compañía de Jesús por los más desfavorecidos y por la necesidad existencial de una universidad del siglo XXI de transferir su conocimiento a la sociedad. En concreto, la Loyola aportará una metodología que parte de su propia experiencia en los proyectos de cooperación internacional que la Compañía de Jesús desarrolla en Centroamérica. Los objetivos son alcanzar el desarrollo sostenible e inclusivo de toda la ciudad (es un problema de ciudad y no de unos barrios), desde el desarrollo endógeno (se trata de hacer lo que ese está haciendo pero coordinándolo y viendo las carencias que tienen las intervenciones que se han hecho hasta ahora), es decir, "nada sin los vecinos y todo con los vecinos"; y basado en la generación de un conocimiento científico.

En un plano más práctico, la idea es empoderar a los barrios, a través de un equipo impulsor formado por personas legitimadas dentro de cada barrio y reconocidas desde fuera. Ellos será quien, de la mano del Ayuntamiento y la Universidad, diseñen los proyectos que luego se llevarán a cabo. Además se va a establecer una métrica, con indicadores, que permita ir midiendo el grado de cumplimiento de los proyectos y objetivos fijados.