La gala de las Medallas de Córdoba del 2020 -el año del covid-, celebrada en el Gran Teatro con limitación de aforo, se recordará probablemente por ser una de las que más protagonismo otorgó a las mujeres y porque fueron ellas, quizás, las que aportaron más calidez humana al acto, en un momento en el que las distancias sociales y las mascarillas ponen a prueba la parte más emocional.

Nombres femeninos reconocidos dentro y fuera de Córdoba recibieron ayer la medalla honorífica con que el Ayuntamiento de Córdoba, su ciudad, natal o adoptiva, quiso darles las gracias y subrayar su trayectoria solidaria o profesional. La Policía Local recibió su reconocimiento, esta vez, de la mano de Delfina y Dolores Tapias, las primeras policías locales de España y de Córdoba, un hecho histórico que marcó un antes y un después y del que ahora se cumplen 50 años. Una de las hermanas habló en nombre de las dos: «Los sueños se hacen realidad, la integración de la mujer exige mucho esfuerzo, pero hay que soñar, si puedes soñar, puedes hacerlo».

La expresidenta de la AECC en Córdoba, María Luisa Cobos, puso nombre a una de las medallas de la ciudad «por su trabajo incansable al frente de la entidad, su ejemplo al combatir la enfermedad y el cariño y consuelo ofrecido siempre a quienes la padecen». En un alarde de fortaleza, la propia Cobos recogió la distinción, que dedicó agradecida a su familia y a quienes la han acompañado en su larga lucha contra el cáncer. «No puedo describir la intensidad de los sentimientos que tengo en este momento, pero el más intenso es el de agradecimiento», recalcó, «gracias a todos por vuestro amor y por no dejarme caer».

Antes de ella, Antonio González, compañero de vida durante más de tres décadas de la artista Hisae yanase, cordobesa nacida en Japón, que recibía la medalla al mérito a título póstumo, recogió la de su mujer emocionado, rememorando su vida en común y sus logros como ceramista, su implicación con la ciudad y su influencia en los jóvenes creadores. «Imposible resumir lo abierta, sencilla, generosa e ilusionante que era Hisae», comentó, «qué bello sería que estuviera hoy entre nosotros».

La pandemia impidió estar en el Gran Teatro a la cineasta pionera cordobesa Josefina Molina, la primera mujer en obtener el título de directora / realizadora en la Escuela Oficial de Cine, Goya de honor y ejemplo de inconformismo y reivindicación feminista. Celia Fernández leyó en su nombre un hermoso texto en el que agradeció la medalla de la ciudad que, dijo, le enseñó a amar el arte y la cultura de la mano de su padre, que se la mostró «como un cofre lleno de tesoros».

Los hombres tampoco estuvieron mal representados en esta edición de las distinciones honoríficas que otorga la ciudad, tanto a nivel individual como en el plano colectivo. El arquitecto cordobés Rafael de la Hoz Castanys, «referente de la modernidad en la arquitectura de la ciudad», según destacó el alcalde al describirlo, recogió la medalla en nombre de cuatro generaciones de Rafael de la Hoz, desde su abuelo a su hijo, aseguró en un discurso de agradecimiento en el que mostró su lado más modesto y humano. «Los premios no se conceden por los éxitos o fracasos sino por la intención de hacer las cosas bien», reflexionó, «y creo que a todos los que estamos aquí hoy nos une eso, la intención de hacer bien las cosas».

El resultado del trabajo conjunto, comprometido y continuado a lo largo de muchos años, 85 y 35 respectivamente, lo representaron el hospital San Juan de Dios y la Brigada Mecanizada Guzmán el Bueno. El hospital San Juan de Dios recogió la medalla al mérito de la ciudad por ser «referente de una trayectoria de éxito, renovada y actualizada», una institución creada hace 85 años por el Hermano Bonifacio ya la que puso cara el hermano Isidoro de Santiago, que agradeció la distinción y destacó la calidad humana y profesional del personal que trabaja en el hospital, al que dedicó el premio, y los valores y principios de ayuda a los más necesitados que han sustentado la institución desde sus inicios.

El general Ignacio Olazábal habló en nombre de la Brigada Guzmán el Bueno, más conocida como «la Brigada de Córdoba», y de los 3.000 hombres y mujeres que la componen, a los que Córdoba reconoció «no solo por sus misiones en campañas bélicas o humanitarias sino por la labor de auxilio en momentos difíciles durante la crisis provocada por la pandemia», destacó el alcalde de Córdoba, que recordó que el acto conmemorativo del título de hijo adoptivo para Julio Anguita se celebrará aparte, para permitir la despedida que merecía y que no pudo realizarse por producirse en pleno confinamiento, glosó al cierre de la entrega de distinciones los méritos más destacados de cada uno y les agradeció el compromiso con los valores que inspiran las medallas de la ciudad. Enhorabuena a todas y a todos.

Diario CÓRDOBA cumple 25 años con la Medalla de la Ciudad

El 19 de octubre de 1995, el Pleno del Ayuntamiento de Córdoba aprobó por unanimidad entregar la Medalla de Oro de la Ciudad a Diario CÓRDOBA, en reconocimiento a la trayectoria de una empresa que llevaba entonces 50 años ligada al periodismo local, a sus trabajadores y a sus lectores. Este año, el periódico cumple 25 años de aquel reconocimiento, con el mismo compromiso expresado entonces «con la verdad, el progreso y la libertad».

En la foto, Eduardo Leiva, presidente del consejo de administración de Diario CÓRDOBA en 1995, recoge la distinción de manos del alcalde de entonces, Rafael Merino. Foto: ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL