Cumplirá en diciembre 70 años, pero nadie lo diría. Con esa piel del rostro en la que hasta hace poco no había ni una arruga, su levedad saltarina y una forma alegre de vestir --la tarde en que nos recibió se enfundaba una camiseta color pistacho y lucía coleta minúscula a un lado de la cara--, Hisae Yanase es una mujer sin edad. Puede que sea su carácter juguetón --aunque seria en su concepto del arte y la forma de plasmarlo--, o el hecho de tener un marido más joven que ella, o su naturaleza oriental. El caso es que esta señora entrada en años se mueve a pasito tan rápido y nervioso que parece que volara. Con la elegancia de una mariposa y el arrojo del águila. Cercana y huidiza, risueña y melancólica. Ajena al tiempo.