Cuando se acerca el 28 de febrero, de un tiempo a esta parte, todo el mundo se convierte a la fe del andalucismo. Con mucho acento y hasta las marcas de cerveza, cómo no. Todo el mundo, quiero decir, menos Pablo Motos y los de Vox, ya que para esta formación que no cree en las autonomías «la confusión de ideas de Blas Infante permite hacer del victimismo una filosofía de vida para nuestros políticos, por eso es aclamado y utilizado desde cualquier punto de vista; desde el PSOE o el PP a formaciones filoislámicas u organizaciones secesionistas laicas y de izquierdas». Ahí lo llevan.

Esas afirmaciones dejan en pañales al curiosísimo fenómeno sociológico de reconversión de la derecha o centro derecha, la del Partido Popular, vaya, al andalucismo, como moriscos del nacionalismo del sur que repudian su pasado reciente de abstención y dudas por la autonomía. De sabios es rectificar. No menos curioso, también es verdad, es ese otro fenómeno sociológico que lleva a que la izquierda andaluza siga abrazando la bandera como si alguien se la fuera o fuese a quitar y como si eso en sí mismo quisiera o quisiese decir algo. Pues no.

Hoy, conmemoración del referéndum de autonomía, se entregan las Medallas de Andalucía en Sevilla, con dos entidades cordobesas entre sus premiados: el Real Círculo de la Amistad de Córdoba y la Federación Nacional de Asociaciones de Empresarios y Trabajadores Autónomos (ATA), que tiene un origen indudablemente cordobés.

Ha quedado pendiente el nombramiento como Hijo Predilecto de Andalucía, ya a título póstumo, del cordobés Juan Romero, el último superviviente del campo de concentración nazi de Mauthausen, tal y como aprobó el pasado mes de septiembre el Parlamento andaluz en una proposición no de ley (se ve que los diputados andaluces hacen lo mismo que los concejales con las mociones que aprueban).

Al menos la provincia de nacimiento de este combatiente antifascista natural de Torrecampo y exiliado francés sí ha saldado su deuda con él. El homenaje ofrecido el viernes en la Diputación de Córdoba a Juan Romero, fallecido el pasado mes de octubre a los 101 años, trajo a la capital a la vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo, que no visitaba su ciudad oficialmente desde que firmó en diciembre el protocolo para la exhumación de fosas en la capital (y esto, ¿para cuándo?).

Era también la primera vez que la vicepresidenta regresaba a Córdoba después de la polémica sideral por la concesión de la base logística del Ejército y del «gracias, Carmen» que tanto nos ha dado de qué hablar estas semanas aquí y Jaén. «Ha sido una decisión rigurosa sobre las necesidades que la defensa tiene, y el Ministerio en este caso, en relación al Ejército de Tierra», zanjó Calvo.

Los presupuestos

Cambiando de tema. Los presupuestos del Ayuntamiento de Córdoba para 2021 van camino de aprobarse el año que viene. A este paso, caducados. Nos consta la desesperación del teniente de alcalde de Hacienda, Salvador Fuentes (PP), aunque en público no haya expresado ni una queja por el retraso. Calla, Salvador, que te conviene. Primero, el equipo de gobierno quiso esperar a ver si el Ejecutivo central destinaba dinero a los ayuntamientos para luchar contra el covid o no (de momento ha sido que no). Después, los socios de gobierno, el grupo de Ciudadanos, mandaron parar para insuflarle al documento «el sello naranja», y estuvieron unas semanas reuniéndose con tirios y troyanos. Luego fue Vox el que quiso colocar sus propuestas (incluido el soterramiento de Gran Vía Parque, que ha rechazado el consejo de distrito). Y ahora, paciencia, el Instituto Municipal de Turismo (Imtur) vuelve a ser, como ocurrió en 2020, el último organismo municipal en aprobar sus cuentas. Solo cuando su responsable, la primera teniente de alcalde, Isabel Albás, convoque al consejo y apruebe su presupuesto, podrá seguirse la tramitación del presupuesto general. Correr, ya se sabe, es de cobardes.

Esto del presupuesto municipal, las cosas como son, se nos había olvidado con el ajetreo ocasionado por la mudanza de Eva Timoteo Eva Timoteo. A la espera sigue el PP de que Ciudadanos ponga orden en su casa y de que la siguiente en la lista, María Luisa Gómez, decida si quiere entrar a servir a la comunidad. Para colmo, esta semana hemos sabido que la exgerente del Imdeco está oficialmente expulsada de Cs, pero que el comité de garantías de la formación podría revocar esa decisión. Dentro o fuera de Capitulares, dentro o fuera de Cs. Dentro o fuera, vamos, un clásico.