El entorno de la Mezquita-Catedral y la zona de San Francisco y la Ribera son los dos ámbitos que soportan mayor presión de viviendas turísticas, que en ambos supera el 20%. En concreto, en los alrededores de la Mezquita-Catedral, que es la zona más presionada por este fenómeno que va a más, el 22% de su parque residencial está dedicado alojar a visitantes, mientras que en San Francisco y la Ribera, el 20% de sus inmuebles se utilizan para ese fin. Muy cerca, con una presión del 17%, está El Salvador y la Compañía; seguida de La Trinidad, con un 13%; y San Basilio, con la misma cantidad. San Miguel, San Andrés y San Pablo, con un 8% de sus viviendas enfocadas al turismo, son otros barrios con mayor presencia de este tipo de alojamiento. Estos datos están extraídos del Estudio sobre vivienda con fines turísticos en la ciudad de Córdoba, elaborado por Espacio Común para el Instituto Municipal de Turismo (Imtur) y que fue presentado ayer por su presidente, Pedro García, y por Mario Estivill y Antonio Ibáñez, de la sociedad cooperativa andaluza.

El estudio contabiliza 2.541 viviendas con fines turísticos en el 2018, que fueron las que estuvieron activas en distintas plataformas a lo largo de ese año. De ellas, casi el 62% se concentran en el centro, donde aparecen 1.573 y donde se produce la mayor presión, cifrada en el 6,43%. Tras el centro, las zonas periurbano Oeste-Sierra, con un índice del 2,6%, y Poniente Sur, con un 1,22%, son las dos con más porcentaje de pisos turísticos en relación a su parque residencial.

Los ingresos generados en Córdoba durante el año pasado por este modelo de actividad ascendieron a 12,5 millones de euros, de los que 8,8 millones, es decir, el 70% de los mismos, se produjeron por el alquiler de las viviendas ubicadas en la zona centro. Tras ella, Poniente Sur, con 266 pisos de este tipo, fue en la que los propietarios consiguieron la rentabilidad mayor, con unos ingresos cercanos al millón de euros. Llama la atención que las 170 viviendas del Sur ocupan el tercer lugar por dinero logrado a través del alquiler, 818.584 euros, lo que puede explicarse por su alto grado de ocupación, bajos precios y cercanía a la zona monumental. En cuanto a precios, el ámbito más caro es el denominado periurbano Oeste-Sierra, donde el coste medio diario es de 127,95 euros, seguido del periurbano Este-Campiña, con 100,93 euros. A pesar de la presión turística y de los 8,8 millones ingresados, el centro no es la zona más cara, ya que allí el precio medio es de 89,22 euros. Dentro del centro, los pisos del entorno de la Mezquita, con un valor medio de 103,25 euros, generaron 1,9 millones, mientras que los del centro comercial, con un coste de 91,52 euros, reportaron 1,2 millones. Aún así, dentro del centro, los más caros están en Molinos Alta (167,14 euros) y El Salvador y la Compañía (109 euros).

De las conclusiones del estudio llaman la atención dos. Por un lado, que el aumento de las viviendas con fines turísticos, que en solo ocho años han pasado de 7 a 2.541, no repercute en la ocupación hotelera, que también ha ido en aumento en los últimos ejercicios. Por otro lado, que ese boom de este tipo de alojamientos tampoco incide en la despoblación de las zonas en las que se ubican, que no han perdido residentes, salvo en un par de puntos (Magdalena y San Pedro) entre el 2016 y 2017 y de forma poco significativa. Según el estudio, el aumento de pisos no se produce a costa de eliminar viviendas principales del mercado, sino de ocupar vacías o que tenían otros usos. Además, si se compara Córdoba con otras ciudades como Sevilla, Málaga y Cádiz, la presión turística es inferior, según indicaron Ibáñez y Estivill. Aún así, García aseguró que el Ayuntamiento tomará medidas, que anunciará esta semana, para «evitar que Córdoba se convierta en un parque temático exclusivo para el turismo».

Los primeros resultados del estudio ya se presentaron en octubre, cuando había 1.871 viviendas anunciadas en las plataformas analizadas, de las que el 61% estaban en el centro y la mitad se encontraban en una situación irregular.