El canónigo portavoz del Cabildo de la Catedral, José Juan Jiménez Güeto, ha destacado, tras el incendio sufrido en Notre Dame, que el monumento cordobés es "pionero" en materia de protección antiincendios y que ha incorporado recientemente nueva tecnología para protegerla de este tipo de riesgos. Para empezar, las obras de restauración de la Mezquita-Catedral, que cuenta con un sistema constructivo de cubiertas frágil, sostenido por una estructura de madera, tienen como norma no realizar soldaduras para unir elementos metálicos sino que se utilizan roscados.

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Además, durante las obras de rehabilitación de las cubiertas nunca se utilizan radiales o elementos de soldadura en el interior del templo. Si no queda más remedio que usar esta vía para unión de piezas metálicas, se realiza en el patio o en los andenes, y se sube la pieza ya trabajada. En el transcurso de las tareas de restauración, el sistema de detección se mantiene siempre activo. Del mismo modo, existe una «unidad central de aspiración» para detectar humo a distintos niveles, una medida incorporada en marzo de este año. La de Córdoba es además la primera catedral que incorporó el pararrayos el siglo pasado para prevenir incendios por la preocupación del Cabildo en esta materia.

Jiménez Güeto, que expresó la solidaridad del Cabildo con la Diócesis de París y lamentó el terrible incendio que ha arrasado con una parte importante de tan emblemática catedral, explicó que además existe un sistema de detección conectado a una central de alarma activa las 24 horas del día y un complejo sistema de extinción en la cubierta que incluye una red hidráulica exclusiva para extinción de incendios en el edificio.

Todo el sistema detección y extinción, según explicó, está coordinado con el Cuerpo de Bomberos de Córdoba, con el que se realizan simulacros periódicamente desde enero del 2012. Diario CÓRDOBA recogió el primer simulacro realizado en la Mezquita en su historia, que llevó a desalojar a 400 turistas que se encontraban en su interior. El último simulacro tuvo lugar en noviembre del año pasado. Según Jiménez Güeto, «el tiempo de evacuación es de menos de 10 minutos». Se refiere al desalojo de personas, no al patrimonio que contiene el edificio. «Esperamos que el sistema de intervención y extinción rápida sería suficiente para preservar contenido y continente», afirma.

Antes de contar con estos sistemas de detección, la Mezquita sufrió un incendio en verano del 2001 que afectó al Archivo de la Catedral, en el que se perdieron parte de los legajos conservados.