Rehabilitar un edificio protegido resulta a veces mucho más complejo de lo previsto. Un ejemplo es el palacete de los Burgos, un edificio modernista del siglo XIX adquirido en el 2005 por Mercer para su transformación en un hotel de cinco estrellas que está necesitando más tiempo de lo que imaginaban sus promotores. El dueño de Mercer Hoteles, Pedro Molina, el presidente de Urbanismo, Pedro García, el gerente, Emilio García, y técnicos del organismo municipal mantuvieron ayer una reunión para tratar de buscar una solución técnica que satisfaga a todos y que permita seguir adelante con la iniciativa que está en punto muerto. Tras el encuentro, Molina explicó que, «salvo que haya cambios», el «hotel no se va a construir» y así lo comunicó a los representantes de Urbanismo al no ver «vías de solución». «Aprobarlo como está no se puede aprobar y yo no voy a invertir dinero en un edificio con el que no me siento satisfecho», aseguró.

La empresa insiste en la ejecución de un proyecto que Urbanismo no ve posible al considerar que no se ajusta a la normativa, es decir, a la ficha correspondiente al palacete dentro del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico (Pepch), que ya fue modificada una vez en el 2012 para llevar a cabo la rehabilitación. El propietario, que ha realizado cambios en el proyecto para adaptarse a los requerimientos de Urbanismo, se apoya en los estudios previos presentados para aprobar aquella modificación de ficha, que considera «vinculantes», mientras que para Urbanismo lo válido es la ficha del Pepch. Uno de los problemas afecta al sótano, que Mercer quiere usar para colocar instalaciones. Para ello, y según Urbanismo, necesita una nueva modificación de ficha que la aparición de los restos del teatro romano impide. A esto se suma un informe desfavorable de la delegación de Turismo de la Junta, que pide la subsanación de deficiencias para que sea un cinco estrellas. Urbanismo dice que con ese informe no puede dar licencia y el promotor no ve en él motivo para no concederla.