La memoria del Archivo Histórico municipal se remonta al siglo XIII, es cada vez más rica y está más adaptada a los nuevos tiempos. El teniente de alcalde de Presidencia, Emilio Aumente, y la directora del Archivo, Ana Verdú, coincidiendo con el Día Internacional de los Archivos (que se celebra el día 9 pero se adelantó a ayer), presentaron los resultados de los trabajos realizados en el segundo semestre del 2017 y en el primero del 2018 por dos equipos de personas cualificadas contratadas a través del plan Emplea de la Junta. El primero de ellos se centró en recuperar elementos audiovisuales de la Televisión Municipal de Córdoba, que se han digitalizado, mientras que el segundo se ha dedicado al tratamiento documental, la restauración y digitalización de fondos. En total son 2.641 los documentos, fotografías y planos de alto valor histórico restaurados y 28.687 las imágenes digitalizadas.

En el trabajo desarrollado ha jugado un papel importante la identificación y catalogación de los fondos donados por particulares al Ayuntamiento como los de Rafael Jiménez Amigo, que fue alcalde de Córdoba y presidente de la Diputación; del músico y compositor cordobés José Timoteo Franco (nacido en 1917); de Alfonsa de Olivares, condesa de Altázar; o de Rafael Mir Jordano. El documento más antiguo restaurado por los trabajadores contratados por el plan Emplea es un traslado de privilegios otorgado por el rey Enrique III en 1393 a la villa de Valderas (León), lo que indica que no todo lo que atesora la Casa de los Guzmanes es historia de Córdoba.

Planos de Medina Azahara que se encontraban en los fondos de Jiménez Amigo; una lista de testigos que presentó la Audiencia y envió a Bujalance por los alborotos acaecidos allí en 1428; una carta que da el Ayuntamiento a la villa de Baena con motivo de la proclamación del rey Fernando IV en 1295; o fotografías realizadas en 1920 por Electromecánicas y donadas ahora, son algunos de los documentos que ayer se podían contemplar en el Archivo, que reflejan el minucioso trabajo realizado. Curiosos son también otros como un reglamento impreso de 1870 de las normas que se debían observar para la lucha de gallos; un bando que prohíbe el uso de máscaras y la formación de grupos de Carnaval en 1921; o unas ordenanzas de 1884 que se han restaurado y que recogen por primera vez el callejero de Córdoba y los caminos vecinales.

Todo este legado ayuda a conocer el pasado y es de gran utilidad en el presente.