Azahara Jiménez Vela consigue distinguir formas, colores, ve un poco, a pesar del glaucoca congénito que padece. Esta joven universitaria cordobesa, de 19 años, con discapacidad visual grave, se ha acostumbrado a estudiar con un programa adaptado de ordenador desde su etapa del instituto. Azahara acaba de empezar el primer curso de Traducción e Interpretación en la Universidad de Córdoba. Estudió en el colegio Colón y luego en el IES Góngora. «Este programa de ordenador aumenta mucho el tamaño de los textos y como me sé las teclas de memoria me facilita el trabajo. Tanto en la academia a la que me apunté el año pasado para ayudarme a aprobar Bachillerato como en el colegio, en el instituto y en la Universidad he contado con apoyo para adaptar los libros y material al Braille. Sí me está costando un poco adaptarme a la Universidad porque las clases son por la tarde y siempre he ido por la mañana. He hablado con los profesores y, gracias a la Unidad de Atención a la Discapacidad de la Universidad de Córdoba, cuento con varios apoyos, como poder sentarme en la primera fila en la clase, que me entreguen los exámenes en un pendrive o que me pasen el contenido en un documento digital en el aula virtual de la UCO o en tamaño A3», expone. «He decidido estudiar este grado porque me gustan los idiomas, se me dan bien. Actualmente, además del español, domino el inglés y alemán. De inglés quiero sacarme el B2. En Traducción e Interpretación hay otra chica con discapacidad visual en otro curso y conozco a otro joven ciego que está acabando Derecho, aunque sé que somos muchos más los matriculados en la Universidad. Me gustaría trabajar en este sector, me siento capacitada para ello», resalta.