Además del Día de Andalucía parece que se celebró ayer en Córdoba el Día del Caballo, y esto es lo que pudieron percibir los numerosos visitantes que se agolparon en la Puerta del Puente, el Paseo de la Ribera y el Puente Romano al ver pasar una multitud de caballos y carruajes en una cabalgata que es la octava vez que recorre calles y vías principales del centro de la ciudad.

A pesar de que la marcha hípica se ha constituido en el acto más popular de los que tienen lugar en Córdoba para festejar el Día de Andalucía, este año ha sido el primero en el que la comitiva ecuestre se ha iniciado en el lugar más emblemático de los que existen en España en el mundo del caballo, la Huerta de las Caballerizas Reales, el lugar donde nació, allá por 1567, el caballo pura raza español, por deseo y orden de Felipe II. Y en este lugar comenzaron los actos que precedieron al evento organizado por Córdoba Ecuestre, un homenaje al cochero José Luis Arteche, de 79 años, uno de los fundadores del Club de Enganches de Córdoba, y a Sebastián Caño, vaquero retirado que estuvo más de 50 años trabajando con reses bravas en la ganadería de Ramón Sánchez; homenajeados de los que ofrecieron semblanzas Juan Antonio Merlos, presidente del Club Hípico y vicepresidente de Córdoba Ecuestre; y Luis Mahíllo, una de las personalidades más respetadas en España en equitación. La primera parte del acto fue cerrada por el primer teniente de alcalde del Capitolio cordobés Rafael Navas, que reiteró nuevamente la importancia del caballo en la economía y turismo cordobeses, además de subrayar la incidencia que el espectáculo de Córdoba Ecuestre tiene en la subida de los datos del turismo.

Y después, la marea ecuestre precedida por dos policías locales de la Sección Montada, a los que seguían tres yuntas de piostros de la asociación Pedroche a Caballo, con su presidente, Antonio Gómez Manosalbas, que habían trasladado caballos y mulas en un transporte puesto a su disposición por el Ayuntamiento de Pedroche. Y la multitud de amazonas y jinetes, a la vaquera, rondeña, inglesa --menos-- y paisanos, hasta completar un total de 223 caballos que enfilaron por la Ribera, siendo el punto de mira de cámaras y móviles de cientos de turistas que se encontraron con esta sorpresa. A la caballería le siguieron los carruajes, en un número, que al igual que los caballos, superaron a los participantes de la pasada edición, procedentes de picaderos y clubs de Córdoba, Lucena, Palma del Río, Fernán Núñez, Villafranca y otras localidades, que cada año aumentan su presencia en la marcha hípica. Fueron 63 los coches de caballos que casi en número igual de limoneras y troncos participaron en el desfile ecuestre, procedentes del Club de Carruajes, de Enganches, Yeguada Cuevas Bajas --que participó con una cuarta guiada por Antonio Gómez, en la que fue el presidente de Córdoba Ecuestre, Rafael Blanco--, Hacienda La Albaida, Servicio Público, aficionados y otros procedentes de Pozoblanco.

Entre todos consiguieron convertir la marcha en una manifestación cultural, popular, festiva y reivindicativa para el mundo del caballo en Córdoba, dando muestra de su importancia reuniendo en dos horas más de trescientos ejemplares.