El tráfico en el centro presenta cambios desde ayer, día en el que entraron en vigor los nuevos horarios de carga y descarga, autorizada entre 6.00 y 7.30 y entre 9.15 y 12.00, y prohibida entre 7.30 y 9.15, con el fin de que no se mezclen los vehículos de los repartidores con los de los padres de escolares. El estreno se produjo sin incidencias y bajo la vigilancia de la Policía Local. El responsable de Movilidad, Andrés Pino, asegura que fue «bien», que «se han cumplido los horarios» y que los repartidores «suelen tener tiempo más que de sobra».

No obstante, hubo algún que otro despiste de conductores que no conocían los cambios y que se encontraron con la sorpresa, como le ocurrió a Manuel de los LLanos, que no pudo dirigirse a su destino en el horario reservado a los colegios. Este repartidor considera que la restricción está «muy mal».

Los nuevos horarios tampoco satisfacen a Juan Matarín, que afirma que no le da tiempo de repartir bebidas a los bares del centro antes de las 7.30. «Y si te vienes a las 9.15, ¿dónde aparcas? porque aquí no tenemos sitio», lamenta.

El horario no le parece mal a José Rodríguez, aunque el problema que ve es que «en el centro hay mucho comercio de hostelería y muchos abren a partir de las 12.00, por lo que los que repartimos nos encontramos cerrado». No obstante, cree que «es cuestión de organizarse».