Más allá del debate político, cambiar los nombres de 13 calles tiene unos efectos prácticos tanto para los residentes en las mismas como para los negocios de todo tipo existentes en ellas. Por lo pronto, y teniendo en cuenta solo el número de empadronados que hay en las trece calles que tendrán una nueva denominación antes de que acabe el año, 4.462 residentes se verán afectados, ya que en algún momento tendrán que cambiar la documentación en la que aparece su domicilio. Según los datos facilitados por el área de Gestión del Ayuntamiento, la calle en la que hay más residentes es Periodista Quesada Chacón, con 1.201, que será la avenida La Letro; seguida de Conde de Vallellano, con 921, que se convertirá en la avenida del Flamenco. Las otras dos vías con más afectados son José María Pemán, que cuenta con 499 y que será dentro de poco Corto Maltés; y Periodista García Prieto, con 418, que se llamará Carmen López Román.

El resto de calles tienen menos personas empadronadas. A Poeta Antonio Arévalo (en un futuro cercano, Ana Claro Fuentes), con 263, le sigue Joaquín Benjumea (Párroco Bartolomé Blanco), con 246; Poeta Francisco Arévalo (Ángela Romero Torres), con 232; Fernando Fernández Martínez (Manolo Rubia), con 222; Cruz Conde (Foro Romano), con 176; Cronista Rey Díaz (Librero Rogelio Luque), con 152; Joaquín López Huici (María Cerrato), con 129; la plaza de Cañero (Derechos Humanos), con 2; y Periodista Aguilera (Las Pulidoras), con solo uno. Hay que tener en cuenta que en la calle Cruz Conde, además de residentes, hay numerosos comercios afectados, que, entre otras cosas, tendrán que cambiar bolsas y tarjetas de visita o cualquier elemento en el que aparezca la dirección.

Notificación/ Una vez que la junta de gobierno local dé el visto bueno a los nuevos nombres, y según el reglamento vigente, el Ayuntamiento comunicará el acuerdo, que entrará en vigor con su publicación en el BOP, «a cuantas personas figuren como interesadas o puedan resultar afectadas por los mismos», así como «a las entidades, empresas y organismos que presten servicios públicos destinados a la colectividad». Esto significa que el Ayuntamiento se encargará de comunicar el cambio de calle tanto a las empresas suministradoras como a los afectados, por lo que estos, y según fuentes municipales, no tendrán que hacer nada. Las mismas fuentes señalan que el Ayuntamiento se encargará de actualizar el nuevo domicilio en los impuestos municipales.

RENOVar el DNI / Independientemente de eso, los afectados deben actualizar la dirección en documentos como el de identidad (DNI) o el carnet de conducir, trámites que son gratuitos, y, a efectos de las comunicaciones que puedan llegarles por carta, tendrán que notificar el cambio en bancos o Seguridad Social. En cuanto a las escrituras de bienes como viviendas o locales, las fuentes consultadas indican que no hay obligación de solicitar el cambio en el Registro de la Propiedad y que este suele realizarse cuando se produce una operación de compraventa. Es más, aseguran que aún existen múltiples ejemplos de escrituras con calles ya desaparecidas. No obstante, quien desee renovar la dirección, puede hacerlo. En cuanto al coste, hay disparidad de criterios. Por un lado, hay expertos que se apoyan en una resolución del 2013 para afirmar que el cambio del nombre de una calle no genera coste alguno; mientras que otros cifran en 40 o 50 euros el valor de la modificación.

El Ayuntamiento también tendrá gastos derivados de la renovación del callejero, entre ellos, el coste de los rótulos y de la señalización. Como ya adelantó este periódico, Comercio Córdoba cifra entre 1.500 y 4.000 euros los gastos que el cambio acarreará a los negocios afectados, entre ellos, los de Cruz Conde.