Martes y 13. La tradición manda que en un día como hoy las puertas de la iglesia de San Lorenzo se abran para recibir a los fieles de la Virgen de los Remedios, esa imagen menuda que en esta fecha, del mes que sea, presta su delicada mano para que sus devotos la besen y pidan de paso un deseo. "Venimos siempre que podemos, siempre hay algo que pedirle o agradecerle a la Virgen", aseguraba esta mañana una señora acompañada por su nieta: "Es la primera vez que vengo con la niña, aprovechando que está de vacaciones". A su lado, un señor se sienta en un banco, para descansar los pies mientras reza o rezar mientras descansa, lo mismo da. El bullicio parece aturdirlo, pero sonríe a quienes le miran. Él va solo. "Vengo cada martes 13 desde que tengo memoria, salvo un par de veces que me pilló fuera, mi madre que era muy devoto me hacía venir y no me gusta faltar".

En la puerta de entrada, como es habitual, las flores se venden a precio módico para inundar el altar con tributos a la Virgen. Claveles de todos los colores poblarán al final del día cada rincón de la parroquia. No es lo único que se vende. No solo de fe vive una parroquia, así que, en días como hoy, a la iglesia hay que ir con el bolsillo lleno porque son muchos los deberes o tentaciones parroquiales que pueden llevar al donativo. Cuando no son los claveles son las velas o la estampita y si no, la lotería de Navidad, que religiosamente te ofrecen a la entrada, con el número bien grande. "Si no compras, te puede pasar como con el Deza, que toque y te enteras seguro", advierte un parroquiano. El ambiente es el de una romería de interior que tiene como eje central el besamanos y esa larga cola de fieles que no deja de pasar a la vera de la imagen y de las capillas que la circundan. La mayoría de quienes se dan cita frente al altar son mujeres, de todas las edades, y algún hombre que viene acompañando a la señora pero se queda en segundo plano, quién sabe si para hacer la espera del resto más liviana.

Hasta las 22 horas, quienes quieran pedir remedio a la Virgen podrán hacerlo de forma ininterrumpida. El tiempo parece que acompañará porque las temperaturas, pese al calor intenso, parecen haberse moderado. Ese deseo, repetido tanto en Córdoba, por lo menos, ya ha sido concedido.