A Mark Colle lo encuentro en el suelo, sonriente, rodeado de su equipo, con ramilletes de flor viva entre las manos, como si jugara. Desde los 15 años, (Bélgica, 1982) se ha dedicado a la floristería y es uno de los nombres más prestigiosos en este arte. Es colaborador de la casa Dior en sus desfiles de moda y tiene la floristería en Amberes: Baltimore en homenaje a John Waters.

-Su obra se titula ‘Los niños del parque’. ¿Algo que añadir?

-Fue lo primero que me vino a la mente. El título alude a una famosa canción belga de los 80 y me gustó la conexión.

-Los niños ¿son bienvenidos a visitar esta instalación, pues?

-Bueno, pero obviamente, no a escalar por ella. Estoy intentando evocar un parque infantil abandonado porque veo a mucha gente joven con niños que no juegan con ellos fuera porque les ponen un ipad delante. Pensé que era algo interesante la idea de un parque infantil vacío, sin niños. Aunque quien venga oirá a muchos niños.

-¿Cuántas plantas diferentes?

-En total, habrá 25.000 flores de unas siete variedades comunes.

-¿Cuál es el mayor desafío?

-El tiempo. La instalación es muy grande y se tarda mucho en colocar tantas flores.