La directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco, ha impartido en el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic) un seminario sobre los telómeros como dianas terapeúticas en el cáncer y en el envejecimiento. Los telómeros son unas estructuras esenciales para proteger el material genético o ADN. Blasco detalló los trabajos que está realizando con su grupo de investigación para el desarrollo de nuevas terapias contra el cáncer y contra enfermedades asociadas al envejecimiento, basadas en los telómeros y la telomerasa. María Blasco fue la primera científica del mundo en recibir el premio Josef Steiner en investigación en cáncer y posee otros muchos reconocimientos.

-El mayor envejecimiento de la población está elevando la cifra de afectados por patologías asociadas a esa tendencia, como el cáncer, que en un futuro cercano sufrirá una de cada dos personas. ¿Está preparado el sistema sanitario para este escenario?

-El hecho de que se esté produciendo un aumento de personas con más de 65 años de edad, que de hecho en el 2050 alcanzarán el 30% de la población española, hará que aumente la incidencia de enfermedades asociadas al envejecimiento, entre ellas el cáncer. Por eso, es tan importante investigar los mecanismos de por qué envejecemos a nivel biológico, porque este envejecimiento biológico es el origen de muchas de estas patologías. El objetivo ha de ser vivir más años y en buenas condiciones de salud.

-En el CNIO, que dirige, realizan investigación básica, pero también aplicada para la fabricación de fármacos destinados al cáncer, entre otros proyectos. ¿Son muchos los tratamientos obtenidos que se están aplicando ya a pacientes con cáncer?

-El CNIO cuenta con un programa de desarrollo de fármacos singular en España y en Europa que dedica sus esfuerzos a hacer de puente entre los descubrimientos básicos y la industria para acelerar el desarrollo de nuevos fármacos y la traslación hacia los pacientes con cáncer. El programa está a día de hoy trabajando con varias moléculas, que se encuentran en estadios preclínicos avanzados de desarrollo y que están involucradas en procesos relacionados con el cáncer como el daño en el material genético de las células del cáncer, la destrucción de los telómeros como mecanismo de frenar el crecimiento tumoral, entre otros.

-¿Cuántas investigaciones lleva a cabo este centro y cuántos profesionales trabajan en el mismo?

-El CNIO cuenta con más de 400 investigadores, que trabajan conjuntamente y de forma multidisciplinar en más de 130 proyectos de investigación dirigidos a conocer los mecanismos del cáncer y conseguir nuevos tratamientos y aproximaciones contra la enfermedad.

-¿Ha crecido el respaldo del sector privado a este tipo de investigaciones en los últimos años?

-En los últimos años, el CNIO ha conseguido compensar la disminución en la financiación de fondos competitivos públicos con fondos privados (industria, fundaciones, licencias, ventas y filantropía individual, los Amigos del CNIO), y esperamos que esta tendencia sea creciente en los próximos años. Concretamente, en los últimos cinco años el CNIO ha conseguido unos 20 millones de euros de acuerdos con empresas. En cualquier caso, pienso que es fundamental un compromiso por parte de los gobiernos por la ciencia y la tecnología, para asegurar dotaciones estables y mantenidas en el tiempo y una mayor flexibilidad en la gestión que nos permita ser más eficientes y ganar autonomía.

-¿Qué labor fundamental cree que realizan institutos de investigación como el Imibic de Córdoba u otros de otras provincias, que trabajan con otros centros como el Instituto de Salud Carlos III u otros organismos europeos?

-El Imibic ya ha supuesto un aumento de la productividad y de la financiación de la investigación en Córdoba. Es un éxito y estoy segura de que esto aumentara aún más en el futuro. También es muy importante para los estudiantes tener un centro de investigación de referencia en Córdoba. En el CNIO estamos colaborando con grupos del Imibic y esperamos aumentar los lazos en el futuro.

-¿Sigue existiendo mucha precariedad en la inversión destinada a la ciencia y una consecuente fuga de cerebros por ello?

-La ciencia, como en tantos otros sectores, también se ha visto azotada por la crisis. Los datos nos dicen que, desde que comenzó el retroceso económico, la inversión en I+D+i ha caído cerca de un 40%, lo que seguramente ha influido en que muchos jóvenes, incluso no tan jóvenes, salieran de nuestro país a desarrollar sus carreras en entornos más favorables. En ciencia, conocer otros laboratorios o grupos de investigación es positivo e intrínseco al sistema, pero tenemos que ser capaces de mantener el equilibrio y a la vez atraer talento a España. Ahora, con la recuperación económica, tenemos que exigir un apoyo a nuestro sistema de ciencia, que nos permita seguir estando entre los mejores a nivel internacional. España es un país de ciencia y no nos podemos permitir perder este activo.

-Se acaba de celebrar el día internacional de la niña y la mujer en la ciencia. ¿Continúa habiendo pocas mujeres al frente de puestos de responsabilidad en la ciencia y a su labor se le da escasa repercusión? ¿Habrá pronto una generación reconocida de científicas, que serán las Fuster, Barbacid o Margarita Salas del siglo XXI?

-En los últimos años se han llevado a cabo numerosos análisis y estudios acerca de la brecha o la desigualdad de género. El objetivo último es cambiar la conciencia y la mentalidad para hacer desaparecer esos sesgos. Mientras tanto, hay que tomar medidas que contribuyan a cambiar formalmente la situación. Políticas de conciliación, igualdad salarial o cuotas. En el CNIO, por ejemplo, hemos acordado una jornada continua con el comité de empresa del CNIO, algo que facilita la conciliación a hombres y mujeres. Todas son herramientas útiles para promover la igualdad en el trabajo. El efecto de la incorporación de las mujeres a los puestos de toma de decisiones se traducirá en la incorporación de más mujeres a mandos intermedios, que serán también parte del cambio. Estos son algunos de los motivos por los que tenemos la oficina de mujeres y ciencia en el CNIO. Mi deseo es que dentro de unos años mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades para su desarrollo profesional, lo que pasa por tomar medidas urgentes, como las citadas.

-¿Se ha planteado alguna vez marcharse de España para realizar su trabajo?

-La verdad es que hasta ahora no, aunque he tenido bastantes oportunidades. Creo que en España se hace una ciencia del primer nivel y que hace falta protegerla y apoyarla. Estos últimos años han sido duros, ya que ha disminuido mucho la financiación de los grupos.

-¿Ha sido su primera visita a Córdoba por motivos científicos?

-No. He impartido antes seminarios en la Universidad de Córdoba y en el hospital Reina Sofía.También he colaborado con grupos de Córdoba, con los que tengo trabajos conjuntos.