El gel hidroalcohólico es imprescindible en estos momentos para la higiene de las personas que no tienen acceso rápido al jabón, como el caso de los hospitales y centros de salud. Ante la demanda creciente, desde Bodegas del Pino, de Montalbán, se han elaborado 800 litros que han sido entregados de forma gratuita a los que más lo necesitan.

-¿Cómo surge la idea de poner en marcha esta iniciativa altruista?

--Al tener una bodega en el municipio de Montalbán, en primer lugar tratamos de ayudar en esta materia a los sanitarios de las zonas más cer canas. Nos pusimos en contacto con el Departamento de Impuestos Especiales, del Ministerio de Hacienda, porque el alcohol está sujeto a unos impuestos muy elevados. Lo pusieron muy fácil, dándonos una autorización especial. Luego nos pusimos en contacto con un laboratorio que nos dio la fórmula, mejorándola con aloe vera. Sanidad también fue ágil.

-¿A dónde está llegando?

-- Sobre todo a hospitales, residencias de mayores y cuerpos de seguridad. Hemos detectado en las últimas semanas que ya no lo necesitan porque se les está dotando. Por tanto, hemos contribuido en el cuidado de nuestros sanitarios.

-¿Qué cantidad de gel hidroalcohólico han elaborado?

--Unos 800 litros, que es una buena cantidad y cunde mucho.

-¿Qué opina de esta corriente solidaria que de forma espontánea ha surgido en Córdoba para hacer frente al coronavirus?

--Nos hemos concienciado muy rápido y todos los que pueden aportar algo lo están haciendo. Somos conscientes todos de que las medidas que se han adoptado son imprescindibles. Si se hubiera canalizado de alguna forma esa solidaridad, se hubiera multiplicado por cien. Si el sector de la producción de bebidas alcohólicas de Córdoba se hubiera coordinado en esta situación, se hubiera cubierto la necesidad, pero esto es inédito y no se ha podido reaccionar. Tampoco el Estado estaba preparado para ello.

-¿Cómo valora las reacciones de los receptores de este gel hidroalcohólico?

--Nadie puede imaginarse la alegría en las caras de las personas cuando reciben el gel de nuestras manos, sobre todo por la imperiosa necesidad que tenían, y las muestras de agradecimiento que hemos recibido por ello.