Si ayer se encontró en su paseo vespertino con una larga fila de coches clásicos, auténticas joyas del motor, aparcados en fila en la avenida de la Victoria, usted fue testigo de una de las etapas del Sotogrande Grand Prix, una carrera en la que participan un centenar de coches clásicos matriculados todos antes de 1965. Este rally, sucesor en España del Zoute Grand Prix belga, es uno de los que reúnen modelos más exclusivos de marcas cuyos nombres suenan a lujo a cuatro ruedas, como Porsche, Jaguar, Ferrari, Maserati, Aston Martin o Chevrolet.

Participar en esta competición no es tarea fácil, ni tampoco barato. Un cordobés propietario de un Mercedes de 1956, al ver los coches expuestos, quiso sumarse ayer con el suyo y se ofreció a aparcarlo junto al resto en la Victoria, pero la organización le denegó el permiso. Y es que antes de formar parte del Sotogrande Grand Prix un equipo de expertos se encarga de la selección de los coches, que son sometidos previamente a un control para garantizar que son modelos auténticos y originales. Aunque hay algunos participantes españoles, alemanes y suizos, la gran mayoría de los vehículos son propiedad de belgas.

La ruta, que dura tres días, empezó ayer en la plaza de España de Sevilla y hoy partirán en dirección a Sotogrande, aunque antes harán parada en Moratalla y en el circuito de Ascari, en Ronda. Los conductores de los coches no conocen la ruta a seguir hasta que empieza la carrera. Para ganar, se valora principalmente «la regularidad» de los coches a lo largo de los tres días de competición, en los que recorren alrededor de 300 kilómetros diarios por carreteras secundarias. El premio será un reloj de lujo.

Los corredores, alojados en tres hoteles de lujo de la ciudad, aseguraron ayer, con muestras visibles del bronceado adquirido en la prueba, que lo más duro del viaje fue «el calor», que combatieron con paciencia y «mucha crema protectora». «Nos lo hemos pasado muy bien, ha merecido la pena», confirmó una pareja belga propietaria de un BMW 328 Roadster del 38. C’est la vie.