Rafael Barón me recibe en su casa unas horas antes de que empiece a llover. Su patio está a rebosar de flores, pero los nubarrones y la predicción meteorológica hacen temer lo peor.

-A unos días del inicio del concurso, ¿cómo están los patios?

-Están espectaculares por los días de calor que hemos tenido, pero la lluvia intensa tira mucha flor al estar tan abierta, sobre todo, en patios muy descubiertos.

-Ustedes siempre andan mirando al cielo ¿no?

-Cada vez más a las aplicaciones de los móviles que son bastante fiables. No se pringan mucho a largo, pero si anuncian algo es que va a pasar. Si después de la lluvia vienen unos días buenos de sol, lo normal es que los patios se recuperen rápido.

-El Ayuntamiento ya no entrega plantas a los cuidadores, ni siquiera ante estas contingencias del tiempo, ¿no?

-No. Antiguamente, daba una cantidad a canjear en un vivero, a través de Amigos de los Patios, pero hubo un problema un año y se cambió el sistema. Ahora ese dinero se incluye en el accésit de participación. De todas formas, los que tenemos un patio en el que vivimos lo tenemos siempre verde y de cara al concurso se incluyen solo algunos detalles o plantas de temporada… Un japonés me dijo una vez que en Córdoba tenemos una cultura de la flor tan interesante como la japonesa y es verdad. Sin darnos cuenta, tenemos una sapiencia muy rica heredada de las abuelas sobre qué hacer en cada momento con las plantas para que estén bien y esto se sigue transmitiendo oralmente.

-¿El jurado tiene en cuenta quién tiene toldo a la hora de juzgar?

-Risas. No puedo decir lo que valora porque no sabemos quién es el jurado hasta que no viene a casa y yo prefiero no saberlo.

-¿Qué perfil cree que deberían tener los miembros del jurado?

-A lo largo de los años, ha habido de todo. Con buen criterio, últimamente se ha llamado a arquitectos, botánicos, periodistas, pintores o artistas plásticos, porque al fin y al cabo un patio es una creación artística. Yo digo que lienzos blancos son sus paredes y se pintan con macetas. Ahí está la gracia, en cómo pintar con macetas. Lo que no tengo muy claro es qué valora el jurado. Supongo que depende de muchos factores y aunque siempre va a haber enfados, es lo que tiene el «fallo» de un jurado, sería bueno que hubiera una base sólida para delimitar qué es un patio cordobés y qué merece un premio en un concurso que pertenece a una fiesta como la nuestra, que es Patrimonio de la Humanidad. A veces, se dan premios por reconocer la dedicación o la edad del dueño. Por caridad más que por calidad. Y eso es peligroso porque los turistas siempre ponen el foco en los patios premiados, tiran de hemeroteca y van a ver a los premiados del año anterior. Lo que ven es clave para la imagen que se llevan de la ciudad. Por eso los premios deben ser justos y objetivos. Si se dan premios por condescendencia, el turismo no verá los mejores patios y eso puede hacer daño a la fiesta.

-¿Entre ustedes hay patios favoritos en cada edición, como en los Oscars?

-No, porque hay un poco de secretismo, en algunas casas no te abren la puerta estos días para que no los copien. A mí no me importa porque un patio nunca está igual, las plantas son muy caprichosas y todo cambia de un día a otro. Cada patio es un mundo y es difícil copiar aunque los primeros premios crean tendencia. Yo recuerdo por ejemplo que cuando nos dieron a Pastora 2 el primer premio en el 2005, una sorpresa para nosotros porque llevábamos pocos años (empezamos en el 2002), el año siguiente varios patios pintaron las macetas de azul añil aunque un premio depende de muchas cosas, no solo del color de las macetas.

-Este año, las asociaciones consensuaron con el Ayuntamiento que se externalizara el servicio de controladores a cambio de un aumento del accésit. Sin embargo, vuelve a haber quejas de algunas casas.

-El año pasado hubo un problema con la contratación porque la nueva Ley de Administración Pública no permite al Ayuntamiento contratar directamente. Claveles y Gitanillas se ofreció a hacer los contratos, pero la asesoría jurídica municipal descartó esa opción, así que llegamos a ese acuerdo con el Ayuntamiento. Esto se llevó a la asamblea de la asociación, que acordó por unanimidad respaldar esta vía. A partir de ahí, el proceso ha seguido su curso y la empresa ha seleccionado a su personal. Lo malo es la desinformación, que acaba creando muchos conflictos. Uno tiene que leer las bases del concurso antes de inscribirse o protestar. Este año, yo no sé quién va a venir a mi casa y aunque me encantaría que estuviera la chica que tuve el año pasado, no puedo de antemano pensar que me van a poner a alguien que no me va a gustar. Por eso pido paciencia y un poco de información. En cuanto a la retribución de esas personas, la mayoría son personal de la empresa adjudicataria, auxiliares de seguridad que no tienen convenio colectivo, por lo que les pagan en base al salario mínimo interprofesional. Eso es lo que me han explicado. Para cobrar más, el Ayuntamiento tendría que haberlo exigido en el pliego.

-¿Qué le parece el Concurso Provincial de Patios?

-Pues a mí me parece muy bien que se promocione la provincia, pero es mala idea confundir esos patios con la fiesta que ha sido reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Hay que hacer las cosas bien. El patio cordobés va más allá de ser un recinto lleno de macetas. No se puede meter todo en el mismo saco, quizás deberían hacer ese concurso en otras fechas, distinguirlo, pero como lo que se quiere es aprovechar el potencial de la fiesta de los patios de Córdoba para dar vida a los pueblos... El Ayuntamiento es quien debe velar por la declaración de la Unesco y debería analizar hasta qué punto es beneficioso poner a todos los patios por igual.

-Hay vecinos que no ven con buenos ojos que San Basilio 44, sede de la Asociación Amigos de los Patios, participe en el concurso.

-Sí, de hecho, el año pasado presentamos un escrito al Ayuntamiento después de la asamblea de balance porque algunos consideraron que el hecho de que este patio concurse es competencia desleal porque la asociación recibe subvenciones por muchas vías, tiene comercios que funcionan todo el año... y así lo expusimos. Nos consta que han intentado negociar que participe fuera de concurso, como hacemos nosotros con San Juan de Palomares 11, pero al final entra en concurso...

-¿Echáis en falta un análisis crítico de la fiesta?

-Sí. Se está usando mucho dinero del Plan Turístico de Grandes Ciudades en cuestiones menores y esto ni se plantea. Se debería encargar un estudio de una entidad independiente para mostrar debilidades y fortalezas de la fiesta. Sería un punto de apoyo para el futuro, para saber qué se está haciendo bien y qué debemos mejorar.

-Este año, por fin, habrá varias paradas para los autocares que vienen de fuera.

-Lo que no sabemos es cómo van a hacer que vayan a una parada o a otra para repartir las visitas. A ver cómo resulta.

-Este año se cumplen 5 años del título de Patimonio Inmaterial de la Humanidad y crecen las visitas. ¿El sector hostelero se está implicando?

-Yo llevo 13 años en la asociación Claveles y Gitanillas y entré solicitando que se pidiera a las empresas hosteleras ayuda para los patios por ser los más beneficiados, pero nunca han querido colaborar como colectivo. Dicen que hay muchas fiestas y no pueden colaborar con todas. Sin embargo, algunas empresas sí colaboran. En la actualidad, hay una asociación nueva que se quiere implicar y yo tengo esperanza porque creo que están viendo las orejas al lobo. Les consta que cada vez hay menos patios, las quejas de los cuidadores por falta de ayudas… El sector quiere desestacionalizar el turismo y el patio es un recurso de primer nivel. Las asociaciones de patios estemos trabajando con Aehcor para colaborar en la Navidad en los Patios. Desde que empezó esa celebración, el número de patios que participan ha caído en picado porque hacemos todo a pulmón. Poco a poco, la gente se está dando cuenta de que los patios son más que el mes de mayo, pero como eso es lo que ha reconocido la Unesco, el Ayuntamiento debe tomar cartas en el asunto y delimitar muy bien qué es lo que se puede hacer para no desvirtuar la fiesta. Hay que tener cuidado. Por hacer negocio no se pueden abrir los patios de cualquier forma o eso dañaría la imagen de Córdoba y todos saldríamos perdiendo.