El líder de Unión Cordobesa, Rafael Gómez, empleó ayer un lenguaje soez cuando intervino en el Pleno a voz en grito defendiendo la reforma laboral de Rajoy, al que le pide que, en lugar de avanzar ayudas para los gobiernos autonómicos y municipales, busque soluciones para los parados, cuando recordó los expedientes de regulación de empleo (ERE) que presentan los empresarios "porque no tienen para pagar".

A este respecto, dijo: "Qué ERE ni leche, los empresarios no quieren ERE ni cojones". De ahí pasó de nuevo a una defensa a ultranza en favor de Rajoy. "Me cago en mi puñetera madre, apoyemos al presidente", dijo Gómez antes de anunciar que le va a pedir una cita a Rajoy para que le reciba en La Moncloa.

Luego, a la hora de votar, se hizo un lío. Si durante su intervención afirmó que estaba a favor de la reforma laboral, votó a favor de un moción del PSOE que instaba al Gobierno a retirar inmediatamente ese decreto, luego lo hizo en contra y, como no se aclaró del todo, finalmente se abstuvo. El secretario del Pleno se lo aclaró: "Es sobre la moción en la que usted ha dicho los tacos".