Tras terminar el año 2019 como la fuerza sindical más votada en la provincia por sexto año consecutivo, con una representatividad del 35,6% en empresas y administraciones, con 553 delegados -71 más que el año anterior- de un total de 1.551 logrados en las 450 elecciones celebradas (en las que participaron hasta 37 organizaciones sindicales distintas); el secretario general de UGT Córdoba, Vicente Palomares, afronta la recta final de su actual mandado después de ser elegido en mayo del 2016. Mandato que deberá ser renovado en septiembre, según se acordó ayer en el 4º Comité Provincial de UGT.

-De nuevo, UGT como fuerza más votada. ¿En qué sectores tienen más peso y dónde menos?

-En construcción, madera y metal nuestro peso sigue siendo importante, aunque en el ámbito de la función pública, donde hay muchos sindicatos específicos de cada ámbito, nuestra representación es algo menor, como ocurre en educación y salud.

-En su conjunto, ¿que análisis realiza del mercado laboral cordobés y de las políticas desarrolladas por las distintas administraciones?

-En un mercado laboral caracterizado por la estacionalidad y la precariedad Córdoba necesita un cambio de modelo productivo, pero parece ser que ninguna administración pone medidas reales para favorecer este cambio, a pesar de que la economía cordobesa ocupa uno de los últimos puestos de España. En este sentido, nos gustaría que las administraciones se implicasen más, y que fueran de la mano de los agentes económicos. Es necesario captar más industria para Córdoba, donde, además, la poca que tenemos está falta de cariño. Nosotros percibimos que en buena parte de estas empresas hay temor a ser visibilizadas. Por ejemplo, Córdoba tiene importantes empresas del cobre, que es uno de los productos más exportados, pero parece que están escondidas, quizá por cierto temor a que puedan generarse problemas o reticencias como ha ocurrido en otros casos, como Cosmos. Últimamente se habla mucho de la Córdoba logística, que es muy importante, pero conviene recordar que la logística es una herramienta para facilitar el cambio productivo, pero no implica un cambio en sí. Lo que no puede ser es que los costes de transporte por carretera de las empresas cordobesas sean más baratos que por ferrocarril. En este contexto, y junto a la defensa de los derechos de los trabajadores, desde UGT Córdoba estamos intentando hablar con las industrias y las administraciones para que haya más conexión entre ellas. En primer lugar, porque si se sienten más cómodas seguirán apostando por Córdoba; y en segundo lugar, porque pueden ser foco de atracción para otras empresas. Sin embargo, a la hora de atraer empresas, pensamos que las administraciones no están siendo proactivas. No hay captación real de empresas, sobre todo de empresas que pueden ser tractoras de la actividad económica. Hasta ahora parece que la Administración ha estado más preocupada en preparar terreno, que luego ya veremos quién viene.

-Desde el Ayuntamiento de Córdoba se proyecta ahora un nuevo Plan Estratégico...

-Es una iniciativa interesante, aunque nuestro temor es que sea un plan estratégico más de los que se han planteado en el pasado, pensado más para dormir el tiempo. El Plan estratégico no debe ser una cuestión de foto, aunque en la primera reunión nos dio la sensación de cierta improvisación.

-Junto a la necesidad de más industria, están también los servicios. ¿Cómo ve su situación?

-A pesar de su importancia, en Córdoba este sector está altamente precarizado, por lo que es necesario profesionalizarlo. Cuestiones como la formación y la digitalización son aún asignaturas pendientes en actividades como la hostelería y el comercio, donde salir de la estacionalidad también debe ser el objetivo.

-¿Tiene UGT estimaciones de cuánto puede suponer la economía sumergida en la provincia?

-Es difícil hacer estimaciones al respecto, aunque una cosa está clara: los niveles de renta no se corresponden con los niveles de consumo, así que está claro que la economía sumergida existe. Todo ello porque, en vez de competir con calidad y sello distintivo, muchas empresas están compitiendo por la vía de reducir los costes laborales y recurrir a la actividad sumergida.

-Por lo que respecta al importante sector agrario en la provincia, ¿cómo valora los problemas que está poniendo ahora el campo sobre la mesa?

-Lo que no sé es cómo los agricultores no han saltado antes, y desde UGT vemos las manifestaciones convocadas esta semana muy justificadas. Máxime cuando hablamos de un sector que evita la despoblación, por lo que deberíamos tomar ejemplo de otras zonas como Almería, y apostar más por la transformación agraria. No podemos seguir vendiendo cisternas de aceite a granel.

-Parte de este sector ha criticado la reciente aprobación de la subida del salario mínimo, defendida por los sindicatos.

-No voy a negar la dificultad, pero el trabajo en el campo hay que dignificarlo. Volviendo a lo dicho anteriormente, los beneficios no se pueden sacar solo a costa de los costes salariales.

-¿ Y cómo califica el papel que están jugado las entidades financieras en el desarrollo de la economía cordobesa vía financiación?

-Las entidades financieras no han sido leales con esta sociedad. Sus pérdidas se han socializado, pero cuando los bancos se han saneado siguen sin aportar soluciones reales para las familias y las empresas. Aunque en este punto también cabe una crítica a la Seguridad Social, al sistema público, que a veces obliga al cierre de empresas por deudas que quizá, con un estudio pormenorizado, se podría ver que son viables. No podemos pedirle tan solo a la banca que apueste por las empresas y trabajadores que atraviesan por dificultades.