La Inspección de Trabajo y Seguridad Social ha creado una unidad de gestión específica ante la crisis sanitaria del coronavirus para reforzar la prevención de riesgos, proteger los derechos individuales y colectivos de los trabajadores que pudieran resultar ignorados o limitados como consecuencia de esta situación, y coordinar y unificar criterios en los informes de los ERTE. Para este año, la Inspección de Trabajo en Córdoba tiene previsto una serie de acciones centradas en cuatro aspectos principales: la prevención de riesgos laborales, el control del empleo y las relaciones laborales, la relación con la Seguridad Social y el empleo sumergido. En el primer caso, la Inspección vigila que se mantengan las medidas de prevención para evitar los accidentes en el trabajo, pero también comprueban si hay faltas de alta en la Seguridad Social, inaplicación de las tablas salariales del convenio colectivo o que cuando se cursen las bajas en la Seguridad Social de trabajadores si tendrían que ser indefinidos. En el caso del empleo y las relaciones laborales, pone especial atención en la lucha contra el fraude en la contratación. Asimismo, está controlando los contratos formativos, especialmente los empleos para la formación y aprendizaje.

La Inspección está vigilante para evitar que esta modalidad de contratos sea un medio de abaratar la contratación y cotizar menos a la Seguridad Social. En el caso del fraude laboral, la Inspección incrementa sus actuaciones en sectores como el agrícola, como sucede en el periodo de las campañas de la aceituna y la naranja; pero también en la industria, construcción, comercio, hostelería, transporte y servicios. Otros aspectos de especial seguimiento afectan a los falsos autónomos, trabajadores que mantienen relaciones laborales encubiertas en supuestas entidades de la economía social.