José María Gala dirige la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores que fundó su tío, el escritor Antonio Gala, hace 17 años, en el antiguo convento del Corpus Christi, en pleno casco histórico, y por la que han pasado ya más de 250 jóvenes de distintas nacionalidades.

-¿Qué supone para la fundación el premio de Cordobés del Año?

-El premio es un reconocimiento muy importante a la labor que desarrolla la fundación Antonio Gala porque nuestra actividad principal se centra en jóvenes creadores de todo el mundo que vienen aquí a trabajar en los proyectos por los que les hemos seleccionado, es una actividad que se hace de puertas para adentro, y por tanto, aparentemente podría tener poca repercusión en la ciudad; sin embargo, tanto esa labor asentada en 17 años, como la de puertas abiertas, con actividades culturales, literarias, musicales, artísticas, han ido dejando un poso en la ciudad y abriendo un hueco a la fundación, por lo que este reconocimiento nos llena de orgullo.

-¿Cómo ha recibido la noticia Antonio Gala?

-Muy contento. Se lo comenté cuando el director del periódico me dio la noticia y Antonio recordaba que a él se lo habían dado también, en la primera edición, en 1985. Entonces, que una institución creada por él, que dice que es su obra más importante, reciba ese mismo reconocimiento, la verdad que le emocionó especialmente.

-Para el escritor, ¿qué supone la fundación?

-Antonio siempre ha dicho que la fundación es su heredera universal y su obra más importante. Que un escritor tan prolífico como Antonio, que ha cultivado todos los géneros literarios y ensayísticos, distinga por encima de las obras que son fruto de su trabajo, a la fundación como su obra más importante, es como su hijo favorito. La fundación lo es todo hoy día para Antonio Gala.

-El lema de este proyecto es ‘Ponme como un sello en tu corazón’, ¿Qué pretende transmitir?

-Antes he dicho que la labor principal de la fundación es dar la oportunidad a jóvenes creadores de que durante un periodo largo de tiempo, unos 8 meses, trabajen exclusivamente en el proyecto que ellos han elegido, artístico, literario, musical, y ello en convivencia con otros jóvenes de edad similar pero de procedencias muy diferentes, de muchos países y de todos los territorios de España, lo cual acaba impregnando la personalidad y también la obra de esos jóvenes creadores. Y es muy frecuente que los que pasan por aquí nos den la razón y nos digan que qué bien habéis elegido el lema de la fundación porque realmente se queda como un sello grabado en nosotros. Además, hacen relaciones entre entre ellos, sienten como que tienen algo invisible que les une.

-Han pasado más de 250 creadores, ¿cómo les marca su estancia en el convento del Corpus Christi?

-Yo he visto a muchos de ellos regresar a la fundación y les ves realmente emocionados. El otro día me comentaba Cristina Morales, una escritora hoy de mucho éxito, premio Herralde de novela, que vino a presentar su novela a la feria del libro y pasó aquí el fin de semana, que estaba como en un viaje astral, volviendo mucho tiempo atrás, y le venían a la cabeza muchos recuerdos de los pasados aquí. Te das cuenta de que se llevan de aquí algo muy especial.

-Para seleccionar a estos jóvenes, ¿qué perfil deben tener?

-Primero hay dos requisitos meramente formales, que es que tengan entre 18 y 25 años y que hablen español, da igual de qué nacionalidad sean. Luego, ellos tienen que presentar un proyecto, explicando qué es lo que quieren hacer aquí, de una novela, de artes plásticas, composiciones musicales… analizamos con la ayuda de expertos en esos ámbitos esos proyectos y vamos haciendo una selección que finaliza con una entrevista personal para conocer a fondo a la persona que hay detrás de ese artista, porque aquí hay una convivencia muy estrecha de 8 meses.

-¿Qué tipo de artistas vienen más?

-Varía, no todos los años son iguales. El año pasado hubo más solicitudes de artes plásticas que de literatura y este año, sin embargo, hay más de literatura. De música es lo que siempre tenemos menos solicitudes.

-Han pasado por aquí también artistas y autores consagrados, como Sabina o José Hierro, ¿Qué consejos les dan a los residentes?

-Todos los años traemos un grupo de personas consagradas en los distintos ámbitos de la creación para que los residentes de la fundación conozcan un poco de primera mano el mundo real. La beca de la fundación es como un curso acelerado de profesionalización en la cultura. Entonces, intentamos que creadores con una cualidad innata y una técnica que han adquirido con el trabajo profundicen en eso, de forma que cuando salgan de aquí sean capaces de dedicarse profesionalmente a esa especialidad. El consejo de José Hierro, que estuvo aquí una semana antes de morir, de Arturo Pérez Reverte, de Guillermo Pérez Villalta... les ayuda a abrir los ojos, a saber cómo es el mundo que se van a encontrar cuando salgan de aquí. Además de los consejos que les da el propio Antonio Gala.

-Los príncipes de Asturias, hoy Reyes de España, le dieron su apoyo a la fundación en el décimo aniversario.

-Sí, eso fue muy especial para nosotros, pues queríamos conmemorar ese décimo aniversario con una exposición que reunió una selección de artes plásticas que habían hecho los creadores esos 10 primeros años y la inauguraron aquí los entonces príncipes de Asturias. Luego la llevamos a la universidad de Salamanca y a la fundación Eugenio de Almeida, en Évora, en Portugal, y dio muy buen resultado. El hoy rey Felipe ya había estado aquí unos años antes, aún soltero, y volvió casado con Letizia, y compartimos una comida con ellos, en la que nos regalaron una campana, que luce hoy en el campanario de la fundación, y que Antonio la bautizó como Felizia, de Felipe y Letizia.

-¿Cree que los cordobeses conocen realmente el trabajo que se hace en la fundación?

-Creo que gran parte de los cordobeses sí conocen lo que hacemos aquí, y a los que no lo conozcan les invito a que nos visiten porque la fundación tiene abiertas durante todo el año, excepto agosto, dos exposiciones, la permanente, que se llama Recuerdos de Antonio Gala, que incluso tiene un programa didáctico para centros escolares, y luego exposiciones temporales que van rodando a lo largo del curso. Además, hacemos muchas actividades todo el año y nos sumamos a cuantas iniciativas se nos proponen.

-¿Y qué proyección de Córdoba da la fundación al exterior?

-Un comentario muy común entre los residentes es que se sorprenden de ver una ciudad, primero, tan bonita como Córdoba, ya que en el primer trimestre organizamos muchas actividades para que conozcan la Córdoba monumental, y luego, que tiene una vida cultural tan intensa, que no esperaban. A mí me gusta que esa imagen de Córdoba se proyecte luego en el exterior cuando vuelvan a sus países de origen, ya sea Japón, Taiwán, Australia o prácticamente todos los países de centro y Sudamérica o EEUU, de los que han venido. Que proyectemos una imagen moderna, culta y también respetuosa con su patrimonio.

-¿Cómo se encuentra Gala?

-Vive aquí, en la fundación, gran parte del año. Está bien, muy pendiente de lo que hacemos, pero sin hacer vida pública.