La coordinadora de la Red Española de Aerobiología (REA), la catedrática de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de Córdoba Carmen Galán Soldevilla, acaba de sumar a sus múltiples dedicaciones la presidencia del grupo de trabajo Aerobiología y Contaminación, dentro del grupo Alergia Ocupacional y Medio Ambiente, de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (Eaaci).

-¿Qué labor lleva a cabo esta academia?

-La Eaaci se fundó en 1956 como una plataforma para promover y difundir la investigación, así como para mejorar la educación de la sociedad en este campo. Las enfermedades alérgicas pueden afectar a diferentes órganos y presentan una gran variedad de problemas.

-¿Qué función va a realizar?

-Uno de los muchos proyectos es la creación de un mapa de estaciones de monitorizaje de polen a nivel mundial, para tener un conocimiento sobre investigaciones que se puedan aplicar en futuros proyectos, así como facilitar información sobre la exposición al contenido de polen y esporas en el aire, una información que sirva como medida preventiva para las personas que sufren alergias respiratorias, enfermedad que afecta a cerca de un 24% de la población, según la Organización Mundial de la Salud.

-¿En qué consiste la alergia ocupacional y al medio ambiente?

-Aborda la alergia de origen laboral. Dentro de la aerobiología, tratamos la alergia a virus, bacterias, mohos y material biológico como esporas, polen, restos de ácaros, entre otros. La exposición depende del lugar de trabajo, además de la que se desarrolla dentro del ambiente de las viviendas. En cuanto al medio ambiente, se trabaja sobre alergias en el medio exterior, prestando especial atención a la exposición de granos de polen y esporas de hongos con contenido de alérgenos.

-¿La Red Española de Aerobiología ha iniciado alguna función nueva en los últimos años?

-La REA está jugando un papel muy especial en el control de calidad en la toma de datos, el recuento y la cuantificación de granos de polen y esporas de hongos. Para ello, contamos con nuestra formación en botánica y micología, aportando un conocimiento sobre la distribución de las especies y su comportamiento fenológico. Basado en este conocimiento, estamos realizando pruebas externas de control de calidad entre todos los miembros de la REA y, además, coordinamos las que se realizan en la Red Europea de Aeroalérgenos (EAN). Desde Europa, nos preocupa la falta de este control en redes que se encuentran en activo. Por otro lado, miembros de la REA llevamos años participando en la normativa europea para que las partículas biológicas, como el polen y las esporas, formen parte de la normativa de calidad del aire. Una normativa que ya se cumple en otros países y en la que somos líderes en Europa, pero no hemos conseguido que se considere en la directiva de calidad del aire en España. Dentro de los proyectos de investigación, las bases de datos nos permiten enfocar los estudios a su aplicación en lo procesos sobre el cambio climático. Por otro lado, trabajamos en la detección directa de alérgenos polínicos en el aire, a través de pruebas de inmunoensayo. Para estos estudios se necesita una financiación especial, por lo que dependemos de las prioridades que se den a este tipo de investigación.

-¿Cómo van a evolucionar los pólenes y las alergias debido al cambio climático y al exceso de contaminación?

-La irregular distribución de las lluvias y el aumento de lluvias torrenciales hace que las plantas no cuenten con suficiente disponibilidad de agua para poder seguir bien su desarrollo vegetativo o reproductor. Especies herbáceas, como las gramíneas, suelen esperar a conseguir suficiente disponibilidad de agua para comenzar su floración, por lo que estamos observando un retraso de la floración en especies primaverales. En las especies leñosas, la respuesta a esta falta de agua es más lenta y suelen responder de forma más directa a las temperaturas, por lo que durante las últimas décadas estábamos observando un adelanto de la floración, al estar expuestos a temperaturas más altas. Sin embargo, recientemente estamos apreciando un cierto retraso en la floración en las especies leñosas, debido a que la falta de agua es cada vez mayor, tomando esta variable como prioridad en su comportamiento. Estos estudios presentan a las plantas como buenos indicadores en respuesta al cambio climático. Por otro lado, análisis recientes reflejan que las plantas en situación de estrés por una mayor exposición a contaminantes pueden producir granos de polen con una mayor cantidad de alérgenos. Al mismo tiempo, una exposición directa de los granos de polen en el aire con contaminantes hace que los alérgenos polínicos se liberen a través de partículas más pequeñas. Unas partículas que tienen más facilidad para dispersarse y transportarse, por lo que estamos más expuestos.

-¿Qué opina de la denuncia de la Unión Europea sobre España por su elevada contaminación? Ecologistas en Acción asegura que la calidad del aire en Córdoba también ha empeorado.

-El modelo que estamos llevando no es nada sostenible. En Córdoba, que no es una ciudad industrial como las grandes capitales, hemos comprobado en un reciente estudio el papel que juegan los contaminantes sobre los granos de polen y la emisión de alérgenos en plantas con interés para las alergias, como es el caso del olivo y las gramíneas. Entre los distintos contaminantes, el ozono es el que contó en Córdoba con un mayor número de días con valores altos en comparación con los límites. Además, se observaron episodios esporádicos de alta concentración de alérgenos durante días con mayor exposición al ozono y partículas diésel.

-¿Y esto cómo afecta en concreto al olivar, cereales, encina, alcornoque, almendros o naranjos?

-Una de las preocupaciones sobre el papel que está jugando el cambio climático sobre las plantas está relacionada con la falta de disponibilidad de agua, con las elevadas temperaturas y la falta de frío invernal que deben acumular muchas plantas leñosas para romper la dormancia de las yemas e iniciar el proceso de la floración. Una menor floración significa una menor formación de fruto y de cosecha.

-¿Se están tomando en serio las administraciones el cambio climático y cómo el mismo puede estar detrás de enfermedades?

-La Junta de Andalucía ha sido pionera en los estudios e informes sobre cambio climático, apostando por presentar estrategias desde la anterior Consejería de Medio Ambiente. Sin embargo, la falta de financiación no ha permitido poner en marcha proyectos con un importante enfoque agrícola, ambiental y en salud. Esperamos que el actual gobierno andaluz apueste por continuar con los proyectos y se prioricen políticas de actuación. Además, desde el grupo de expertos del Observatorio de Salud y Cambio Climático del ministerio, donde participo en el grupo de trabajo sobre calidad del aire, venimos mostrando preocupación por los efectos negativos globales del cambio climático para la salud y el bienestar, intentado que se adopten medidas.

-¿Cómo afecta la contaminación por plásticos a las plantas?

-La basura, especialmente la de plástico, es uno de los problemas ambientales más graves, debido a la contaminación que generan en el aire, el suelo y el agua, afectando de forma especial a las plantas y, por tanto, generando una importante repercusión ambiental y paisajística.