Las andaluzas queremos... «¿volver a ser lo que fuimos, hombres de luz que a los hombres, alma de hombre les dimos?» Hace una década surgió el debate de si esa estrofa del himno de Andalucía debía modificarse para que las mujeres se sintieran identificadas al cantarlo. Eso fue en el año 2001 y el himno sigue igual. Aquello, que surgió de un grupo de parlamentarias andaluzas, fue considerado una memez feminista y se pasó página. Desde entonces, hemos de suponer que el deseo de las andaluzas es ese, volver a ser hombres de luz que den a los hombres alma de hombres. De todos es sabido quién es el padre de la patria andaluza, pero ¿quién será su madre?

MOVIMIENTO ASOCIATIVO // Para saber lo que piensan y quieren las mujeres hace falta hablar con las mujeres, que se expresan no solo individualmente sino también como colectivo a través de las asociaciones. El movimiento asociativo cordobés sigue estando vivo. Más de 30.000 mujeres de toda la provincia se han dado cuenta de que juntas son más fuertes y han optado por formar parte de alguna de las más de 240 asociaciones que existen con la idea de compartir con otras mujeres intereses, preocupaciones, proyectos y visiones comunes. «No existe una solo forma de ser mujer, pero sí una única manera de luchar para encontrar la fuerza que permita que la voz de las mujeres se tenga en cuenta». Esa es la conclusión más repetida por las responsables políticas y de asociaciones de mujeres que han aportado su granito de arena a este informe. Elvira Pereira, presidenta de la Asamblea de Mujeres de Córdoba Yerbabuena y coordinadora de la Plataforma Nosotras Decidimos, lleva años enfrascada en la lucha feminista por la igualdad en la que insiste que aún queda mucho por hacer. «El principal reto al que nos enfrentamos es conseguir el relevo generacional, pasar el testigo a las mujeres jóvenes, que han constituido organizaciones nuevas como Feminismos Córdoba o las Brigadas Feministas de Mujeres en Zona de Conflicto, que tienen otra forma de ver el mundo más actual, que se manejan en redes sociales y que están en contacto igual que nosotras con las formas de micromachismo de hoy en día».

La diputada provincial de Igualdad, Ana Guijarro, cree que hay que hacer pedagogía para implicar a las mujeres más jóvenes en el movimiento asociativo. «En los últimos años, hemos detectado que muchas de las asociaciones están centradas en el ocio, el entretenimiento, pero han descuidado la parte reivindicativa que ahora debería liderar la juventud». Porque el machismo no ha desaparecido. «Basta con ver el telediario y comprobar que la violencia machista vive un momento terrible o que hay personajes como el eurodiputado polaco que se permite decir que las mujeres somos inferiores sin que sea expulsado inmediatamente de su escaño», señala Elvira Pereira. El cansancio de las mujeres que hace años se pusieron al frente de la lucha feminista, «un concepto con muy mala prensa», recalcan todas, «porque no se entiende como lucha por la igualdad sino como machismo a la inversa», hace que se estén perdiendo muchas oportunidades. Según Guijarro, «la oferta formativa, de actividades no resulta en muchos casos atractiva para la gente joven». A eso se suma, añade, que «la sociedad actual es muy individualista y que muchas jóvenes no cuentan con las herramientas teóricas feministas para identificar el machismo y piensan que ya todo está hecho».

La coordinadora en Córdoba del Instituto Andaluz de la Mujer, Ana Rivas, coincide en que uno de los principales problemas del movimiento asociativo es el relevo generacional. «La edad media de las socias está en torno a los 50 años», señala, «tienen un componente de centro cultural y unos intereses que no coinciden con los de las chicas más jóvenes, lo cual no significa que las nuevas generaciones no necesiten para seguir avanzando en los derechos de las mujeres asociarse y tener más fuerza». Aunque la tipología asociativa es muy variada, que incluye muchos colectivos ligados a gremios concretos como empresarias, artesanas o inmigrantes, lo cierto es que en todas confluyen líneas rojas comunes. Violencia de género, brecha salarial, techo de cristal en las empresas, desigualdad de reparto de tareas en el hogar o falta de medidas de conciliación. «Hemos ganado el maletín sin dejar la fregona», afirma la presidenta de la Asociación de Mujeres Buena Vista de Doña Mencía, que cuenta con más de un centenar de socias, la más joven de 35 años. «Antes las mujeres se asociaban para salir de casa, ahora son señoras de mediana edad que vienen a aprender, quieren tener herramientas para abrirse a los retos del siglo XXI, les gusta el teatro, aprenden a montar en bicicleta porque antes no aprendieron, buscan reforzar su autoestima y participan en todo tipo de talleres porque disfrutan compartiendo». En esta asociación, también andan pensando cómo atraer a las más jóvenes, que deben compartir con ellas muchas inquietudes, pero se comunican y relacionan de forma diferente. «Solo podemos saber lo que quieren si están dentro». Ese es el handicap.

Según la Asociación de Mujeres Rurales de Córdoba, la crisis económica ha retraído la lucha feminista. «Muchas mujeres han abandonado las asociaciones porque su prioridad era conseguir un jornal», señalan, «una tarea cada vez más difícil en el campo, donde los hombres han vuelto a ocupar los puestos que habían dejado a las mujeres». Por algún motivo, en ciertos sectores agrícolas, «los empresarios prefieren contratar a hombres que a mujeres, lo que ha disparado las tasas de paro femeninas». De cara al 8 de marzo, las reivindicaciones siguen siendo las mismas.

ENMUJECER FEST // Brigadas Feministas en Zona de Conflicto es uno de los colectivos que aglutina a mujeres nacidas hace 20 o 30 años. De momento, son pocas. «Llegamos a ser unas treinta, pero ahora quedamos siete», explica su presidenta, Santi Jaén, una de las impulsoras del festival Enmujecer Fest, que se celebrará el próximo fin de semana en distintos puntos del entorno de La Corredera. Lo que el año pasado surgió de forma espontánea, ahora contará con el respaldo del Ayuntamiento y la Diputación de Córdoba. «Queremos salir a la calle y reivindicar el feminismo como lo que es, una lucha por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres». Para ello han organizado un encuentro mezcla de formación y ocio hecho por mujeres pero abierto a toda la ciudadanía. Habrá talleres de todo tipo, artesanía, circo, pintura, flamenco en el que las mujeres son las que llevan la batuta. «Enmujecer Fest nació el año pasado de forma espontánea y queremos consolidarlo como una cita en torno al 8 de marzo, un festival feminista en el que reconocer las aportaciones de las mujeres al arte y a la historia», señala Santi Jaén, que insiste en que «el asociacionismo nos hace más fuertes, nos hace crecer y construir el mundo de forma conjunta». Porque el mundo no solo es multicolor sino que está lleno de hombres y de mujeres.