La Junta, a través de la Delegación territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, ya ha iniciado las obras para acondicionar el cinturón verde de la Sierra. Los trabajos se centran en la primera fase de los 20 kilómetros de trazado que discurren por la Sierra. Los 3 kilómetros en los que actúa van de la carretera de Trassierra a la Cuesta del Reventón. Ya se pueden ver máquinas trabajando en el punto elegido para empezar la mejora del camino que podrán utilizar peatones, ciclistas y caballistas, además de agricultores y ganaderos. La intervención, que recibió licencia de Urbanismo hace justo un mes, será acometida por Sercli Paisajismo y Construcción por 178.841 euros, con un plazo de ejecución de medio año. Con ese presupuesto se rebaja un 28% el fijado en la licitación, que fue de 250.835 euros.

De forma global, la intervención consistirá en la realización de desbroces selectivos de matorral, en la construcción y adecuación de viales en firme de zahorra artificial, en la ejecución de obras de paso sobre vados inundables en cauces de arroyos y en plantaciones lineales de forma perimetral en el límite del dominio público. Además, se instalarán barreras longitudinales en los inicios de los tramos de los caminos para impedir el acceso a vehículos a motor. Por último, la obra incluye la señalización del trazado.

En esta primera fase, que une la Puerta Verde de la Vereda de Trassierra y el sendero del Reventón, el trazado se subdivide en cuatro partes. En el primer subtramo, se realizará el desbroce previo de suelo vegetal, tras lo que se procederá a la «apertura de la caja, el refino, planeo y apertura de cunetas a ambos lados», el aporte de material «y la construcción mecanizada de un paquete de firme de zahorra artificial», según consta en el proyecto. En ese subtramo está prevista la plantación de almez, pino piñonero, encina, lentisco, romero y adelfa. En el segundo subtramo se procederá a mejorar el sendero existente. En cuanto al tercero, los trabajos consistirán en adecuar el camino y construir una escollera en una zona en la que presenta daños por la circulación de agua por escorrentía. Y, por último, en el cuarto subtramo se mejorará la traza del sendero y se salvará el accidente geográfico que hay de dos metros de profundidad por diez de longitud con una pasarela de madera pilotada para un carril bici-peatonal.

El cinturón verde empieza en la zona en la que están las naves de la antigua Colecor, cuyos terrenos acaban de salir a subasta, en el plan especial de la carretera de Palma, sube hasta Sagrado Corazón y termina en el campus universitario de Rabanales. En total, los 20 kilómetros, que tienen una anchura de 20 metros, han sido divididos en ocho tramos y, en realidad, el que se acondiciona como primera fase del plan es el segundo de ellos, el de la Vereda de Trassierra-Vereda de las Ermitas. El primer tramo, es el de la Cañada Real Soriana-Vereda de Trassierra; el tercero, el de la Vereda de las Ermitas-Camino de la Cuesta de la Traición; el cuarto, el de la Vereda del Pretorio-Vereda del Villar; el quinto, el de la Vereda del Villar-carretera a Santo Domingo; el sexto, el de la carretera de Santo Domingo al Camino Maimón; el séptimo, el del Camino Maimón a la Cañada Real Soriana; y el octavo, el de la Cañada Real Soriana a la Vereda de la Alcaidía.

Trazados alternativos a vías pecuarias

El cinturón verde tiene su origen en el PGOU_del 2001, que prevé su creación como forma de compensar las vías pecuarias que se van perdiendo con el crecimiento de la ciudad. El PGOU dibujaba unos trazados alternativos que fueron aprobados en el 2004. Tres años después, Junta y Ayuntamiento firmaron un convenio mediante el que se comprometían a lograr el trazado mediante expropiaciones. Ese proceso empezó en el 2009 y concluyó en diciembre del 2019. En ese momento, tanto la delegada territorial de Medio Ambiente, Araceli Cabello, como el presidente de Urbanismo, Salvador Fuentes, explicaron el proceso seguido y hablaron de la nueva etapa que empezaba y de los planes de acondicionamiento que iban a hacerse realidad este año con las primeras obras, que son las que están en ejecución. El plan consiste en recuperar estos caminos y adecuarlos para actividades complementarias a la agrícola y ganadera, es decir, la educación ambiental, senderismo, cicloturismo y actividades ecuestres. El proceso de expropiación afectó a 59 fincas y costó más de un millón de euros.