Un numeroso grupo de comerciantes, vecinos y hosteleros de la Judería de Córdoba se han concentrado este sábado por la mañana en la calle Torrijos para lanzar un desesperado mensaje de auxilio a las autoridades locales y reclamar ayudas urgentes y un plan para reflotar un barrio cuyos negocios han visto caer drásticamente sus ingresos desde que empezó la pandemia y los turistas dejaron de transitarlo.

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La Asociación de Comerciantes del Casco Histórico, la asociación de empresarios de hospedaje de Córdoba Aehcor y la asociación de vecinos La Medina han convocado esta protesta para visibilizar una situación que achacan al "desprecio, abandono e indiferencia de los gobernantes de nuestra ciudad", según han explicado en un manifiesto, "este es un barrio ignorado que agoniza". Prueba de ello, han destacado, "es que pese a la situación tan dramática que vivimos y a que estamos en una zona patrimonio de la humanidad que en 2020 cumplía 25 años de la declaración, ni siquiera han colocado algún tipo de iluminación navideña para que los cordobeses y los que vienen de fuera se animen a visitarnos".

Según los asistentes, que piden que el casco histórico se declare zona catastrófica, "la paralización total del turismo y la falta de vida de barrio han destrozado los mimbres del comercio y la hostelería de esta zona, en la que estiman que ya han cerrado en torno a un 30% de los negocios que había antes de la pandemia y "muchos están resistiendo en pérdidas a la espera de alguna ayuda". Se quejan de la falta de ayudas directas y de la ausencia de un plan dinamizador de esta zona, "en la que se han dejado de producir 51 millones de euros de riqueza en el año 2020", han destacado. Alertan de que hay más de 500 puestos de trabajo directos en peligro y reivindican un proyecto de ciudad que integre el casco histórico como un barrio más.

2,5 euros de caja el 23 de diciembre

"El día 23 de diciembre, hicimos de caja 2,5 euros", explica María, la dueña de una tienda de souvenirs del casco, que ha visto su negocio caer a mínimos desde el mes de marzo porque "los cordobeses no vienen por esta zona y ya no hay turistas". A su lado, Jesús Rey, artesano de la calle Cardenal González, recuerda que lleva desde el cierre perimetral de noviembre sin abrir su negocio "y pagando el alquiler y los impuestos como si tuviera ingresos cuando lo que gano es cero". Elena Rojano, propietaria del bar Casa Bravo, situado en la Puerta de Almodóvar, facturó en noviembre y diciembre un 85% menos que un año normal, igual que Lourdes Martínez, propietaria del asador de pollos de la plaza de Abades. "Trabajamos a pérdidas, abrimos el 29 de mayo y ya solo tengo un empleado con una jornada muy reducida y en enero cerramos 'por vacaciones'", destaca Rojano, "en esta zona las fiestas han sido nefastas". Ella no es la única en situación ruinosa. "No sé si en enero quedará algún restaurante abierto en la Puerta de Almodóvar", lamenta, "Salinas ya cerró, El Choto abre de forma intermitente, Rubio cierra media semana o no abre y las tiendas y joyerías cercanas abren a pérdidas por no perder los alquileres". En un modelo basado en el turismo, la ausencia total de turistas y la falta de afluencia de público local a esta zona "está siendo mortal", sentencia.

Falta aparcamiento, iluminación, actividad cultural

Entre las propuestas que plantean, reclaman al Ayuntamiento de Córdoba un aparcamiento en la zona de autocares mientras la avenida del Alcázar no está en uso, que se elimine la zona Acire para facilitar la accesibilidad al barrio, ayudas directas suficientes a los afectados, iluminación correcta del casco histórico, la reducción en los impuestos municipales para los negocios de la zona "en los que la caída de ingresos es de más del 90%", así como un refuerzo en la seguridad de esta parte de la ciudad "que se ha quedado oscura y desprotegida por lo que mucha gente no viene porque da miedo transitarla", señalan. También proponen crear una plataforma online que dé visibilidad a los comercios del casco histórico y un plan estudiado para preparar la vuelta del turismo después de la pandemia.

En esta línea, plantean la necesidad de poner en pie un proyecto para el barrio que prevea actividades culturales seguras en esta zona como exposiciones permanentes o el festival de las callejas y piden "creatividad" a los responsables políticos para abordar la precaria situación en la que se encuentra una de las zonas que más aporta al PIB cordobés en tiempos de bonanza. Por último, reclaman interlocución con los representantes políticos, "porque es imposible siquiera concertar una cita con Infraestructuras, Urbanismo o Seguridad y aunque hemos convocado a todos los grupos municipales, nadie del PP ni de Ciudadanos ha venido hoy".

Los vecinos y comerciantes de la Judería, además de refuerzos en la seguridad del barrio, piden al Ayuntamiento que "los proyectos de infraestructuras que están pendientes, como la instalación de fibra óptica o cualquier tipo de obra, se lleve a cabo aprovechando este momento de baja actividad en lugar de esperar a que vuelva el turismo".