-¿Qué fue lo primero que pensó cuando vio al PP ganador?

--Recordé a aquellos que decían que el cambio en Andalucía no se iba a conseguir jamás. Sentí una liberación y ahora tenemos el reto de gobernar bien y transmitir sensaciones diferentes. Si no lo hacemos, los andaluces volverán a decidir dentro de 4 años.

-¿Contempla otra posibilidad de que no sea el PP el que gobierne en Andalucía?

-No hay más opción de cambio que esa.

-¿En qué se equivocó el PSOE?

-Buscaron un escenario de campaña plana y poco participativa. El PSOE solo ha sido consciente al final de su error, aunque más aún después de airear a VOX.

-¿En qué acertó el PP?

-El mayor error del PSOE ha sido no darse cuenta de que la gente quería un cambio. Y ese ha sido el acierto del PP. Lo que ha ocurrido desde la moción de censura agitó aún más y permitió que apareciera otra formación (Vox), que el PSOE ha promovido como espantajo y ha sido su puntilla. Desde las últimas elecciones había pulsión de cambio, pero el PSOE consiguió, con su control del espacio andaluz, neutralizar esa pulsión, que esta vez no ha sido posible. Con sus decisiones ha planteado incertidumbres importantes, al potenciar los extremos. Por un lado, la aparición de Vox en el Parlamento, y por otro, la aparición de posturas extremas en la calle, que me parecen lo más antidemocrático que puede haber. Tenemos que trabajar para que Andalucía sea un territorio donde la democracia funcione, haya alternancia y los extremos tengan cuanto menos espacio, mejor.

-¿Por qué hemos llegado aquí?

-Los extremos se buscan cuando el centralismo no da soluciones. No hemos sido capaces de aportar tranquilidad, eso llevó a la indignación y de ahí al extremo.

-Controlar eso haciendo que Vox entre en el Gobierno parece muy complicado.

--No, porque todo el mundo ve normal que en las instituciones esté la extrema izquierda. Y es tan mala una como otra. Hasta que eso no lo asuma este país vamos a ir cojeando. He visto más ataques a la Constitución y a la unidad de España desde la extrema izquierda que de la derecha.

-En su argumento los equipara admitiendo que son malos.

--Creo que es igual de malo que la política se gestione desde un extremo u otro. El PSOE ha sido incapaz de hacer una gestión desde la centralidad y ha caído en la tentación de llegar al gobierno de la mano de Bildu, de Esquerra Republicana y de quienes están intentando romper España. Y ha tenido la tentación de dejarse llevar por planteamientos de Podemos, que está demostrando que tenemos que poner entrecomillas ese concepto democrático. No está respetando el resultado.

-Esa alianza del PSOE es a nivel nacional; en Andalucía han gobernado con Cs, ¿cree que le ha penalizado esa alianza?

-El PSOE está gobernando con Cs en la Junta; con Ganemos e IU, en el Ayuntamiento, o con Podemos, en la Diputación de Sevilla. El PSOE está gobernando con todo el que le ha permitido mantenerse en el poder, que era lo único importante. El PSOE en Andalucía ha creído que esto era su feudo, y ha creído que hiciera lo que hiciera, la gente le iba a votar. No creo que estos resultados sean la consecuencia de cómo se ha gestionado, sino un balance de todo el periodo. Los andaluces que no querían seguir gobernados por el PSOE han conformado un bloque del cambio. No lo ha hecho el PP. Han dejado muy claro el orden, que es la clave que hay que respetar ahora. Quieren un cambio liderado por el PP y con un peso muy importante de Cs.

-Cs dice que no, que el cambio deben liderarlo ellos, que son los que más crecen.

--Con ese discurso tienen que tener cuidado porque Vox ha crecido más. No es lógico que defiendan algo tan absurdo. Creo que es un movimiento estratégico ante la negociación.

José Antonio Nieto. Foto: A.J. GONZÁLEZ

-El PP gana, por fin, pese a perder 7 diputados.

--La política tiene estas cosas. El PP en solitario no pudo conseguir esa mayoría de cambio, y ahora ese bloque que va desde el centro izquierda hasta Vox permite un abanico suficiente.

-La división ha multiplicado.

--Sí, ha permitido que un espectro de votantes con una visión clara de derechas haya tenido una opción donde sentirse cómodo. Eso no ha ocurrido en la izquierda. Quienes no han votado al PSOE no han visto una alternativa en Adelante Andalucía.

-¿Juanma Moreno sale reforzado de estas elecciones?

--Claramente, tanto que va a ser presidente de la Junta, frente a quienes lo han querido caricaturizar. Juanma planteó que esto era un referéndum, que había que decidir si seguía 4 años más el PSOE o no. El diseño estratégico lo ha hecho el PP, y lo han aprovechado Cs y Vox. Y los errores del PSOE y Adelante Andalucía han incrementado el valor de la apuesta. A veces, en la vida nos toca retroceder algo para crecer.

-La izquierda sigue noqueada.

-Me sorprende su discurso miope. Ha habido un problema de abstención, pero solo de tres puntos. Hay una gran mayoría que ha votado contra el Gobierno de Andalucía, y eso es más complejo de lo que se quiere vender. Han votado a Vox militantes del PP, pero no solo, porque ha tenido un resultado importante en barrios donde la gente vota izquierda. Tendrán que hacérselo mirar.

-Se ha interpretado como injerencia la presencia de Pablo Casado en las elecciones tutelando a Moreno Bonilla, ¿qué piensa?

--Pues que bendita injerencia. Andalucía no es una comunidad más. Los partidos en los que sus líderes se han implicado, PP, Cs y Vox, han tenido un resultado mucho mejor. Hubo un acierto en el diseño de la campaña de Juanma Moreno y hubo una implicación generosa de Pablo Casado. Estas elecciones tenían un carácter nacional que no se podía obviar. En el PSOE tenían un problema y es que ni el líder quería venir, ni la lideresa quería que viniera, pero creo que si se hubiese implicado más Pablo Iglesias hunde Adelante Andalucía absolutamente.

-En las preferencias de Nieto está que Vox solo apoye la investidura o que entre en el gobierno.

--A Andalucía lo que le hace falta es un proyecto político estable, lo más desideologizado posible porque hay que resolver los grandes problemas: el desempleo, en parte derivado del problema educativo; mejorar la sanidad, que hace aguas y debe ser blindada; la estabilidad económica y la financiación. Eso no debe tener ahora mismo un planteamiento ideológico. A Andalucía se la ha intentado usar, en beneficio del PSOE, que ha puesto a los andaluces como infantería política y hay que sacarla de ahí. Tenemos que gestionar, que es lo que el PSOE lleva muchos años sin hacer.

-No me queda claro, ¿debe entrar Vox o no?

--El cambio ahora se tiene que materializar. No sé qué actitud tiene Vox. No me preocupa qué partido propone los consejeros, sino qué programa y qué gestión va a tener la Junta. Estoy muy tranquilo, no va a haber ninguna propuesta que vaya en contra de la Constitución, cosa que no sé si hubiera ocurrido con otra alianza de izquierdas; no se va a usar a Andalucía en ninguna contienda política, y vamos a mejorar la gestión de los servicios básicos.

-Pero, por ejemplo, Vox pide la derogación de la ley de violencia de género, ¿qué dicen ustedes?

--Eso no va a ocurrir.

-¿Y la de la memoria histórica?

-Nosotros también hemos planteado cambiarla. Los derechos de quienes perdieron familiares y quieren enterrarlos dignamente no tienen por qué suponer una revisión histórica total. Hay que superar esa etapa, honrando a las víctimas de los dos bandos y no permitiendo que se utilice una desgracia como la guerra.

-También pide Vox la devolución de las competencias de educación y sanidad.

--Va contra la Constitución y no vamos a aceptarlo. Lo que sí es clave es que la calidad y la cartera de los servicios no generen ciudadanos de primera y de segunda clase, como pasaba en Andalucía. Nos habían impuesto una sanidad barata por una buena.

-Si gobiernan, ¿qué se va a acabar en Andalucía?

--Bastantes cosas, pero lo primero, esa red clientelar que se ha ido tejiendo en torno al PSOE, que se creyó el PRI andaluz. Con eso vamos a conseguir un ahorro y una mejora en la gestión. El PP quiere hacer un planteamiento radicalmente diferente. Habrá un grupo de consejeros del PP, probablemente también de Cs, que van a marcar un estilo diferente y priorizarán a gestores sobre políticos.

-Hay mucha gente preocupada por su empleo. La periodista Lourdes Lucio ironizó diciendo que iba a ser el mayor ERE de Andalucía.

--Nadie que tenga su puesto de trabajo conseguido de forma lícita tiene que estar preocupado. Ahora, si se lo dieron por la cara es lógico que esté preocupado. Serán otros miles de andaluces quienes tengan la oportunidad ahora de competir sin tener que tocarse la oreja en unas oposiciones. Los andaluces vamos a recuperar confianza en nosotros mismos. Nos han generado un complejo por creer que el fracaso permanente en políticas como el empleo era nuestra culpa. El problema es que había una mala gestión crónica de 40 años, que nos ha llevado a una situación límite.

-¿Le veremos de consejero?

--No lo sé.

-¿Le gustaría?

--No es lo importante. Me gustaría que hubiera un buen gobierno, pero no sabemos qué reparto se hará. Juanma conoce muy bien las necesidades de Andalucía y a su partido. Yo no estaba previsto que fuera candidato, Juanma me lo pidió porque pensó que podía producirse el cambio.

-¿Ambrosio debería tomar nota de los resultados en la capital?

--Hemos tenido una victoria muy clara y el resultado del PSOE es muy ilustrativo. Eso abre una perspectiva de cambio en la ciudad, que creo que no se va a quedar ahí. Me hace gracia oír a Susana Díaz ahora apelando a que gobierne quien gana las elecciones. A mí me suena eso ridículo después de lo que hemos sufrido. Yo he ganado tres elecciones en Córdoba y solo he podido gobernar una vez y porque tuve mayoría.

-Por esa regla de tres tampoco pueden hablar ustedes de lo que llamaban pactos de perdedores.

-Sí podemos, porque hace un mes se llevó una reforma al Congreso para que ganase la lista más votada y votaron todos en contra. Si hubieran aceptado la reforma, probablemente Susana Díaz hubiese podido seguir gobernando.

-¿Qué cree que le va a pasar?

--Lo va a tener complicado con 80 euros en la cuenta y un futuro profesional incierto, porque su vida ha sido la política y su vida política está a punto de acabar. Sus dos grandes derrotas se han debido a su prepotencia.