Aproximadamente el 90% de los usuarios que acude a pedir ayuda a la asociación cordobesa de jugadores en rehabilitación (Acojer) tiene entre 25 y 30 años. Es el perfil medio más habitual en la actualidad. «Un dato que refleja que, desde edades tempranas, se están detectando casos de ludopatía, ya que el jugador patológico que reconoce un problema tarda un tiempo en pedir ayuda o es su familia la que solicita esa asistencia para tratar de que se rehabilite esta persona», señala el presidente de Acojer, Salvador Secilla.

Con motivo del análisis que Diario CÓRDOBA ha hecho sobre la situación de las casas de apuestas y juego en Córdoba y sobre el hecho de que más de 70 colegios tengan salas de juego a menos de 500 metros, el presidente de Acojer advierte de que «regalar un móvil con acceso a internet a chicos de 14 años o menos edad es un peligro y un primer paso para que se conviertan en adictos. Que tengan a tan corta edad un móvil (en muchos casos de alta gama) les permite, con facilidad, poder apostar de forma on line, engancharse a todo tipo de propuestas (juegos, tarot, canales eróticos, compras compulsivas), que conllevan un desembolso económico que no pueden asumir, de forma que nos están llegando casos a la asociación, no muchos aún, pero van subiendo año a año, de niños y jóvenes que se han llegado a gastar en una sola noche miles de euros porque le quitan la tarjeta a su padre o a su madre».

«También estamos atendiendo casos de chicos que entran en casas de apuestas y juegan de forma presencial porque no se les pide el carné para entrar, sobre todo sin son buenos clientes. Y no me extraña que entren a estos locales de juego, si cada vez hay más, los tienen al lado de los centros educativos y encima les ofrecen reclamos para que entren a jugar», critica Salvador Secilla.

El presidente de esta asociación denuncia que la población en general, y en particular los jóvenes, reciben un bombardeo continuo de publicidad sobre apuestas, a través de los medios de comunicación e internet, anuncios protagonizados además por famosos. Sobre este abuso de la publicidad, Secilla espera que el nuevo ministro de Consumo, Alberto Garzón, trabaje para eliminarla.

El año pasado Acojer atendió a unos 150 nuevos usuarios que acudieron a la asociación a pedir ayuda por un problema de ludopatía, de los que cinco fueron niños. Y en lo poco que va del 2020 ya se ha registrado un caso también de un menor que ha ido a demandar asistencia. Esta asociación, que lleva 30 años ayudando a personas con problemas de juego patológico, ha notado que en los últimos tiempos la edad media de la persona que sufre un problema de ludopatía ha ido bajando, cuando hace unas décadas el perfil mayoritario de jugador tenía entre 40 y 50 años.

El abordaje de la ludopatía en niños requiere de un enfoque distinto, explica el presidente de Acojer. «Se basa en una terapia individual y particular entre un profesional de la psicóloga y el menor, con la participación también de padres o familia. Requiere de un importante esfuerzo, porque en el caso del adulto prácticamente pide ayuda obligado por su familia o amistades. Sin embargo, el niño que se ha iniciado en el juego patológico o es adicto al móvil o internet requiere de una rehabilitación distinta, que cuesta más trabajo por su inmadurez».

Prevención

Para evitar que la enfermedad del juego siga creciendo, Acojer imparte desde hace años en colegios e institutos de la provincia cordobesa charlas formativas, para las que cuenta con el apoyo de la Diputación y de la Fundación Cajasur. «Los adolescentes y jóvenes no son conscientes del riesgo que tiene jugar o engancharse a internet y al móvil. No entienden que es una patología crónica que afecta a todos los estamentos sociales. Sin embargo, la curación es posible. La asistencia que viene prestando Acojer consigue una rehabilitación positiva en el 90% de los casos, añade Salvador Secilla, sin olvidar que para no volver a recaer en esta enfermedad la terapia es la mejor aliada y no volver a jugar la única vacuna.