Poco a poco las cofradías van apurando los días de la Cuaresma que desembocarán en una nueva Semana Santa. Así, ayer en el cuarto domingo de Cuaresma la imagen del Señor de Pasión estuvo durante el día en besapiés en la iglesia de San Basilio. Por su parte la cofradía del Caído celebró fiesta de regla en San Cayetano.

Este domingo también fue el elegido por la hermandad de las Angustias para presentar y bendecir un broche con forma de corazón que unos hermanos y devotos le han regalado a la imagen. Se trata de un broche pectoral diseñado y realizado por el orfebre cordobés Jesús Amaro. La pieza ha sido ejecutada en plata de ley y posteriormente bañada en oro de 24 quilates. En la parte central figura el anagrama de María bañado en oro blanco engastado en piedras semipreciosas. El corazón está escoltado por dos ángeles rematando el conjunto una corona. La pieza, de gran detallismo y muy cercana a la joyería, viene a engrosar el rico patrimonio de la Virgen de las Angustias.

Ya por la noche, el Gran Teatro acogió el tradicional concierto de Cuaresma, organizado por la Agrupación de Cofradías y a cargo de la Orquesta de Córdoba, dirigida para la ocasión por Manuel Pérez Rodríguez, y donde sonaron marchas cordobesas como Virgen de las Angustias, de Enrique Báez; Lágrimas y Desamparo, de Francisco Melguizo; Salve Regina Martyrum, de Pedro Gámez Laserna, o La Sangre y la Gloria, de Alfonso Lozano, entre otras. El programa terminó con la célebre Saeta Cordobesa, de Pedro Gámez Laserna, fuera de programa y como final del concierto extraordinario la prestigiosa Orquesta de Córdoba interpretó La Madrugá, de Abel Moreno.

Notas musicales que cerraron un intenso cuarto domingo de Cuaresma con los actos cofrades como protagonistas.