Una de las instalaciones de Flora 2017 que más expectación ha creado, al menos por las colas ante el Museo Taurino, ha sido la de la firma Elisabeth Blumen, de Isabel Marías. La artista trabaja para Loewe, Balenciaga, Repsol, el Museo Thyssen-Bornemisza o el Museo Sorolla, con un estilo propio que, sin embargo, es muy diferente al de la creación ‘Mi propio Nirvana’ que ha asombrado en Córdoba. La instalación, sin dejar de usar sus sorprendentes combinaciones de color y su sensibilidad, rompe su línea para «dar mi visión del paraíso», tema central de Flora 2017, y «reflejar lo que yo entiendo por un edén, un trocito paradisiaco como si de otro planeta se tratara, trasplantado a un patio cerrado con vidrieras, como aquellas cajitas victorianas hacían con trocitos de la naturaleza», explicaba Isabel Marías a CÓRDOBA.