--Lleva 5 años al frente de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Córdoba. ¿Cómo define su papel durante este periodo?

--Inicié esta andadura al comienzo de una legislatura en la que el PSOE consiguió mayoría suficiente para gobernar. Fue un mandato en el que hubo dos elementos fundamentales. Uno de ellos fue el desarrollo del Estatuto de Autonomía que acababa de aprobarse en referendo y el otro mejorar y modernizar una red de equipamientos importantísimos. Por poner algunos ejemplos de Córdoba, en ese tiempo se han inaugurado la Ronda de Poniente, el Chare de Peñarroya y el instituto de Lucena, que formaban parte de los compromisos electorales, y se ha desarrollado ampliamente la Ley de Dependencia para fijar el foco de atención en las personas. En este periodo se han puesto en marcha los planes Proteja, que en la ciudad han servido, por ejemplo, para peatonalizar la calle Cruz Conde, que ha mejorado un sector económico como es el comercio de cercanía.

--Y a última hora el desarrollo del decreto de Exclusión Social.

--A día de hoy nuestra prioridad está en ese decreto, en los planes de choque, en blindar las políticas sociales en materia de educación y de salud, y en hacer un esfuerzo por mantener la Ley de Dependencia.

--Cuando asumió este cargo el 20 de mayo del 2008, Andalucía estaba gobernada por Manuel Chaves y la crisis no era tan evidente. Luego le han tocado cinco años de recesión económica. ¿Cómo vivió este proceso?

--Con la misma perplejidad que cualquier otra Administración, haciendo el esfuerzo de explicarles a la sociedad y a los ayuntamientos que las prioridades ya son otras distintas a las de construir equipamientos y que la preferencia ahora son las personas.

--Señale los hitos de este periodo de cinco años.

--La puesta en marcha de muchas infraestructuras muy importantes, no solo por la inversión, sino por lo que suponían. Una segundo elemento que me ha marcado en estos cinco años fue enfrentarme a las inundaciones del 2010. Esta fue una etapa muy difícil en la que había que ir tomando decisiones con la cabeza fría y teniendo en cuenta que a la Junta le correspondía el papel de coordinación. En esa situación siempre me vi acompañada por el Ayuntamiento de Córdoba y por la Subdelegación del Gobierno, tanto con el equipo anterior como con el actual, y por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. Y un tercer hito tiene que ver con las necesidades de las personas y ajustar nuestra acción de Gobierno, que ha puesto el foco en las personas.

--¿Qué asuntos quedan pendientes?

--Los más prioritario y cercano en el calendario es la Ciudad de la Justicia. Tenemos un plazo que cumplir el 20 de noviembre, día en que vence la prórroga que se le dio a la UTE (Corsan, Corvian y Detea) para el inicio de la obra. Esta UTE nos comunicó que tenía dificultades para disponer del 100% de la financiación, pero ahora estamos con ella intentando definir ese porcentaje, lo que nos va a permitir iniciar la obra. Estamos haciendo todo lo posible para que la Ciudad de la Justicia pueda ser una realidad a partir del 20 de noviembre.

--¿Y si no comienzan las obras en esa fecha?

--Si para esa fecha la UTE no consigue la financiación, tendremos que tomar una decisión.

--¿Cuál?

--Habrá que esperar, porque si lo que queda para disponer total es solo un 5%, la decisión no puede ser la misma que si falta un 50%.

--Al acentuarse la crisis han llegado las políticas de recortes que pusieron en pie de guerra a los funcionarios de la Junta y después a los ciudadanos. ¿Qué han supuesto estos recortes para la actuación del Gobierno andaluz en Córdoba?

--Los primero que hay que decir es que los recortes se producen por la exigencia del cumplimiento de las cifras de déficit, que, en el caso de Andalucía, han sido importantísimas y nos han obligado a reajustar algunas de las prioridades, y por la falta de liquidez, que, a pesar de continuas peticiones que se han hecho al Gobierno de España para que Andalucía reciba del Fondo de Liquidez Autonómica lo mismo que reciben otras regiones, no se está consiguiendo. Con lo cual, en una caja en la que lo único que entra son los importes de los impuestos sobre los que tiene competencias la Junta de Andalucía nos obliga a ajustar y a priorizar.

--¿Toda la responsabilidad es del Gobierno central?

--El Gobierno andaluz no ha dejado atrás nada de lo verdaderamente imprescindible cuando ha redimensionado el Presupuesto. De ese reajuste se ha salvado todo aquello que entendemos que no podía quedarse en el camino, como son las políticas sociales, la educación..., las políticas que viene recogidas en el Estatuto de Andalucía. Los compromisos que tiene la Junta de Andalucía con esta provincia se van a mantener todos.

--De los temas conflictivos de Córdoba sigue abierto el del centro de congresos. ¿Se va a desentender definitivamente la Junta del proyecto que auspicia el alcalde, José Antonio Nieto, de reformar el pabellón del Parque Joyero?

--No nos vamos a desentender, pero no vamos a participar si no se cumplen los requisitos que hemos establecido: que ese proyecto cuente con el consenso de toda la ciudad. No solo los sindicatos están en desacuerdo con esa iniciativa, también lo están el Colegio de Arquitectos y la Federación de Asociaciones de Vecinos. Llevarse ese gran equipamiento a ese lugar de la ciudad va a hacer que tengamos que renunciar definitivamente a tenerlo en el entorno del casco histórico, en la parcela de Miraflores. Por eso, en todo momento, la Junta ha entendido que poner en marcha la remodelación del Palacio de Congresos de la calle Torrijos no suponía renunciar al centro de congresos de Miraflores.

--¿Y cuándo van a comenzar la obra de reforma del palacio de la calle Torrijos?

--De manera inmediata. En la próximas semanas se va a intervenir en la cubierta que se va a hacer para cerrar el patio azul del edifico. A partir de finales de noviembre se actuará en la sala del auditorio para ampliar su aforo y mejorar los sistemas electrónicos y de informática que va a permitir dar un mejor servicio. La idea es que la obra esté acabada en el segundo semestre del 2014.

--Los gobiernos municipales de IU y PP han reprochado a la Junta que no ha tratado a la ciudad como a otras capitales en cuanto a inversión. Debe ser una idea que ha calado en los ciudadanos, pues el PSOE no consigue gobernar en la ciudad. ¿Cuál es su opinión?

--Yo retaría a esos gobiernos a que dijeran qué equipamiento importante la ciudad no cuenta con participación de la Junta. Es verdad que estamos teniendo dificultades para atender el calendario de pagos que estaba previsto, soy consciente de que eso está acarreando una serie de perjuicios en las tesorerías de algunos ayuntamientos, y ante ello me toca pedir disculpas, pero también es verdad que el que no tiene deudas es porque no colabora. La Junta tiene las suyas con algunos ayuntamientos o tiene dificultades para abonar a tiempo los pagos de algunos programas, pero sigue creyendo en los ayuntamientos y colabora con ellos. Esas dificultades de liquidez tienen un protagonista, un responsable, que se llama Partido Popular. Por ello, yo le pediría a los ayuntamientos que están gobernados por el PP que esa misma contundencia, esa misma exigencia, que la entiendo y la respeto, la elevaran también a quien está causando el que tengamos estas dificultades de tesorería que nos asfixian y recorta el presupuesto.

--Tras las últimas elecciones andaluzas de marzo del 2012, el Gobierno regional está formado por PSOE e IU. ¿Cómo se coordinan las distintas delegaciones en Córdoba, que, además, se han reducido? ¿Hay problemas entre los delegados de un partido y otro?

--Estoy satisfecha con el trabajo que hacen todos los delegados. Tenemos nuestros matices, nuestras diferencias, pero hay más elementos de coincidencia.

--Pese a todas las política aplicadas y los millones gastado estos años, la provincia sigue siendo la que tiene más paro en España. ¿A qué lo atribuye?

--A que no somos una provincia industrial. Hemos tenido un peso muy importante a lo largo de la historia en el sector de la agricultura y la agroindustria y eso va dando su avance. Es verdad que la cifras son así de negativas, pero creo que Córdoba está evolucionando y debe tener un peso importante en el sector de la agroindustria, el turismo, en todo lo que tiene que ver con la cultura.

--Cuál ha sido la mayor satisfacción en estos cinco años?

--Poner en marcha el decreto de Exclusión Social, porque es dar respuesta a aquello que nos estaban pidiendo los alcaldes hace mucho tiempo, es dar un margen y una oportunidad a la gente que lo está pasando verdaderamente mal. Pero me he quedado con la tristeza de ver cómo se ha intentado insultar y desprestigiar ese decreto con esos calificativos de que esto parecía Etiopía porque la Junta se estaba dedicando a dar comida a la gente o que nos estábamos convirtiendo en bolivarianos.

--¿Y el momento más difícil?

--Las inundaciones del 2010 en Córdoba, en Aguilar, Cañete de las Torres, en Bujalance. En esos momentos lo pasé muy mal porque hubo fallecidos.