El investigado por la muerte de nueve perros, ocurridas hace dos años en Córdoba, dice que no hubo intención de maltrato, justificando su inocencia por el amor a los animales que siente, el número de ellos que tenía y su dedicación particular a educar y entrenar perros. Así, su defensa, en las conclusiones, ha solicitado la absolutoria por los cargos de maltrato y abandono, reconociendo una "conducta imprudente", pero negando la existencia de dolo, situación que exige el delito de maltrato animal, y de intencionalidad, que según la abogada defensora "no ha quedado acreditada".

La defensa no ha entrado en la discusión sobre la existencia de las muertes de los nueve animales, admitiendo que ha sido "un accidente imperdonable" y "descuido imprudente", pero sin intencionalidad, alegando a continuación que no se había probado el maltrato. Además, la abogada defensora solicita la devolución del único animal superviviente, la perrita ‘Cloe’, custodiada en la actualidad por la asociación protectora de animales El Arca de Noé.

Por su parte, el Ministerio Fiscal solicita una condena por maltrato animal continuado, al considerar que el investigado es garante de los animales, por lo que al bajarse del coche y marcharse sin saber cuánto tiempo tardaría en realizar unas gestiones, dejando a los animales en las condiciones idóneas.

Asimismo, la acusación, tanto por parte de El Arca de Noé, como de la Federación de Asociaciones Protectoras de Animales de Córdoba, piden al juez la condena del investigado por nueve delitos de maltrato animal con resultado de muerte, solicitando 14 meses de prisión por cada uno, y uno de maltrato animal, además de la inhabilitación para tenencia y oficios relacionados con animales.

Por su parte, El Arca de Noé solicita la reparación de los gastos por la custodia de la perra ‘Cloe’, la única superviviente de los hechos, mientras que la federación pide seis meses de cárcel por el abandono del animal.

Ambas asociaciones destacan la “actitud temeraria” y “desprecio” a la vida de los perros, basado en que en el informe del Seprona el acusado habla de la “pérdida de animales”, el transporte inadecuado en el que estuvieron los perros fallecidos, la mala praxis por parte del acusado y no “cuidar de los animales”, que como propietario está obligado.

El juicio ha quedado visto para sentencia.

Los hechos ocurrieron el 17 de agosto del 2017 cuando el procesado, que regresaba de Montilla, aparcó su camioneta pick up en la avenida de Conde de Vallellano, actual avenida del Flamenco, dejando a los perros en el maletero, ocho de ellos en dos transportines y dos fuera atados por correas, mientras acudía a hacer unas gestiones. Un vecino que salía en esos momentos a pasear a su perro y atraído por el ruido pudo apreciar a varios perros en un estado delicado debido al calor, avisando a la Policía. Inmediatamente se desplazaron hasta el lugar varios efectivos de la Policía Local y de la Policía Nacional que pusieron en marcha el dispositivo para localizar al propietario de la furgoneta, lo que se consiguió algo más tarde. Mientras tanto los agentes rompieron una ventanilla del coche, que se encontraba bajada "un dedo" para rescatar a los animales, que presentaban un estado delicado de salud, debido a la alta temperatura que se resgistraba en el interior del vehículo. Una vez abierto el coche, se pudo constatar que en su interior se encontraban un total de diez animales, de los cuales tres ya estaban muertos y otros tres fallecieron al momento. Tras retirar los canes fallecidos, los demás animales fueron retirados por el área especializada de la empresa municipal de saneamiento, Sadeco, para intentar ponerlos a salvo, y trasladados a una clínica veterinaria, al tiempo que se procedió a interrogar al dueño del coche. En la clínica veterinaria, y ante el más estado de los perros por el golpe de calor, en un día en el que Córdoba se encontraba en alerta por altas temperaturas, tres de los animales, que se encontraban en estado crítico, tuvieron que ser eutanaziados por parte del veterinario, salvándose el cuarto