Para Inmaculada Pérez, si el 2020 fue el año de la pandemia, este es el de la repandemia. Sin embargo, en vísperas del 8M, Día Internacional de la Mujer, la presidenta del Foro de Empresarias y Profesionales de Córdoba (FEPC) lo tiene claro: «Todo se consigue». Por ello, quizás, no pierda la sonrisa.

¿Afecta esta crisis de igual manera a hombres y mujeres?

Para nada. En el caso de la mujer las cifras lo han evidenciado. Problemas que había y que parecía que estaban casi superándose se han agravado. El caso de la conciliación. Cuando llegó el confinamiento y el teletrabajo, la mayor carga de ese cambio de modo de vida ha vuelto a recaer en la mujer. Como consecuencia de eso, está demostrado que más mujeres han ido al paro, que hay más mujeres en ERTE, pero son muchas otras cosas también las que se han agravado. Se ha agravado la brecha salarial y, sobre todo, hay un tema que es para nosotras fundamental: la brecha digital. Esa brecha digital existía. Al hacerse el ámbito digital mucho más necesario en este mundo que, de pronto, ha aparecido, si existe una brecha digital con perspectivas de género, ahí la tenemos. Y es una de las asignaturas que estamos trabajando desde el Foro de Empresarias y Profesionales de Córdoba. Estamos recuperándonos de un shock. Si históricamente ha pasado, todo el mundo lo había olvidado. Pensábamos que éramos muy superiores a lo que realmente demostrábamos. Los roles de género, como la mujer cuidadora o la mujer que tiene que sostener la casa, cuando de pronto la casa es el centro de todo, siguen existiendo. Todo se consigue. Hablamos de resiliencia como la capacidad que tienen las personas de sobreponerse a grandes problemas en la vida. Y creo que las mujeres andan en el centro de esa resiliencia.

¿Dónde se refleja esa brecha?

No suelo hablar de estadísticas, porque parece que son números y no siempre creíbles. Si entre los sectores más dañados está el sector servicios y la mujer está en un porcentaje más alto en ese sector servicios, pues eso es por lógica. Y los sectores más dañados no son los más masculinizados. Se acrecienta la brecha salarial y, sobre todo, se evidencia, cuando hablábamos a final del 2019, en nuestro foro sobre corresponsabilidad y conciliación, que era algo que existía con mucha importancia y muy arraigado, porque en el momento que ha habido un resbalón mundial pues todos lo hemos visto. Ojo, no vamos a ser excluyentes. Hay mucho ganado y esto no es una cosa solamente de que los hombres estén en contra. Para nada. Pero estamos heredando unos esquemas y vamos digiriéndolos poco a poco. A lo mejor esto nos sirve para pensar bien. En un mundo igualitario nos recuperaríamos quizás mejor.

¿Es lo mismo el teletrabajo para la mujer que para el hombre?

Si la conciliación se agrava, se trabaja peor. Porque, además, digamos que las estructuras de conciliación se han desmoronado. Entonces es más complicado. Esto ha sido un inicio. Y hablamos de teletrabajo como si todos los teletrabajos fuesen iguales. Hay teletrabajos muy viables, donde puedes distribuirte los horarios de una forma más flexible. Pero hay otros trabajos que no, para los que hay que tener una dedicación absoluta y tienes que coordinarla con tu vida personal. En algunos casos el teletrabajo es muy cómodo y en otros casos es el gran engaño.

¿La crisis afecta más a la mujer por dedicarse a ciertos sectores?

Los sectores más afectados son los que son y parte de la solución a muchos sectores es la digitalización. En cualquier estudio de ámbito digital hay más hombres que mujeres. Ese desinterés por parte de la mujer tiene raíces un poco en la educación. Y eso no puede cambiar de la noche al día. [...] Si hay un grueso de población que estaba educada al desinterés por el ámbito digital, tiene que sumarse. Si no, acrecentamos las diferencias. Ahí vuelvo a no culpabilizar a nadie, a la educación en general. Todas tenemos que ponernos las pilas, porque medios hay. Hay ámbitos donde la mujer lo tiene más difícil, como en el rural y determinadas edades, pero bueno, entendemos que aún no nos hemos recuperado del shock.