El consejo rector del Imdeco acordó ayer por unanimidad iniciar el procedimiento de resolución de mutuo acuerdo de los contratos suscritos con los clubs deportivos afectados por la decisión del Tribunal de Cuentas, que investiga la legalidad de las subvenciones municipales recibidas por estas entidades para compensar el déficit que genera su explotación. Desde enero, por orden de la Intervención municipal, los clubs ya no perciben estas ayudas. Además, los consejeros facultaron al presidente del instituto, el concejal Antonio Rojas, para crear una comisión con el personal técnico que estime oportuno e iniciar, lo más rápido posible, los trámites de contratos negociados sin publicidad (contratos puente) que permitan mantener las salas de barrio abiertas hasta que se adjudiquen los contratos definitivos.

Los consejeros han primado el mantenimiento del servicio deportivo y que puedan subrogarse los algo más de 50 trabajadores empleados, y que se garantice la pervivencia de los clubs. El consejo, que se prolongó durante más de tres horas, dio pie a un intenso debate por la complejidad del tema, del que depende el modelo del deporte de base de la ciudad desde hace más de dos décadas.

Los consejeros del Imdeco dispusieron también ayer del informe realizado por la titular-jefe de la asesoría jurídica municipal que considera que no es aplicable la ley general de subvenciones, al contrario de lo que sostuvo en su informe la Cámara de Cuentas, que dio pie a las diligencias del Tribunal de Cuentas, a las transferencias otorgadas por el Imdeco a los clubs para mantener el equilibrio del proyecto de explotación. Es más, la letrada considera que el Ayuntamiento «sigue teniendo la obligación de mantener el equilibrio financiero de la concesión» y por ende «compensar económicamente al concensionario (los clubs) por razón de las modificaciones que le ordenase introducir y que incrementarán los costos o disminuyen las retribuciones».

Los clubs afectados son el Adesal, que gestiona la sala de barrio de Fuensanta; el club Adecor, que gestiona las de Guadalquivir y Valdeolleros; club Adeba, Naranjo y Margaritas; el club Trotacalles, Ciudad Jardín; Apademar, en Fátima, y la empresa Soluciones y proyectos (Solypro), que mantiene en funcionamiento las pistas del Santuario.