La Diócesis de Córdoba posee desde abril del 2011 el título de propiedad de la plaza del Triunfo de San Rafael, con monumento incluido, según los documentos a que ha tenido acceso este periódico, título que obtuvo mediante el mismo procedimiento de inmatriculación de bienes que se empleó dos años después para inscribir la Mezquita--Catedral en el Registro de la Propiedad a nombre del Cabildo.

En este caso, la inmatriculación del monumento, abierto al público y escenario habitual de verbenas populares, no se ha realizado en base al "uso religioso prolongado y pacífico del espacio" como se argumenta en relación a templos de culto católico, sino a partir de documentos que, según fuentes del Obispado, certificarían que esta plaza decorada en el centro con un Triunfo a San Rafael, no es de propiedad municipal sino que se trata de "un anexo al seminario de San Pelagio", que también es propiedad de la Diócesis. Aunque la Iglesia habla de documentos que demostrarían su propiedad, lo cierto es que el registro se hace en base al artículo 206 de la ley hipotecaria, que permite al sacerdote autocertificar la propiedad sin necesidad de presentar papeles, un procedimiento cuya constitucionalidad está en duda.

El triunfo de San Rafael de la Puerta del Puente es obra de Miguel de Verdiguier (1770--1781). Su actual estado de conservación se debe a varias actuaciones de restauración y limpieza que han mejorado mucho su aspecto, entre ellas, las actuaciones municipales realizadas según proyecto del arquitecto municipal Juan Serrano a finales de los años 80. En el año 2006, poco antes de su inmatriculación, esta plaza también fue sometida a obras de acondicionamiento, limpieza y eliminación vegetal a cargo Plan de Excelencia Turística. Del mismo modo, el nuevo plan de mejora del casco histórico anunciado recientemente por el gobierno municipal prevé una partida de 26.000 euros para la restauración del monumento de Verdiguier dentro del llamado Eje Monumental Triunfo. Según el Obispado, también ha habido actuaciones a cargo de benefactores de la Iglesia. "La última, realizada este año, fue pagada íntegramente por la hermandad del Santo Sepulcro", aseguran.

Siguiendo el mismo modus operandi , la Diócesis inscribió en 2004 a su nombre, basándose en que es un lugar dedicado al culto católico, la iglesia del Juramento de San Rafael, construida mediante suscripción popular entre 1796 y 1806. Según fuentes del Obispado, que indican que el hecho de que la iglesia se construyera por suscripción popular no quiere decir que sea de propiedad pública "ya que casi todos los templos se han hecho con donativos de los fieles", la Iglesia "está inmatriculando todo lo que es suyo y conforme a derecho", algo que antes no podía hacer "porque la ley no lo permitía" y porque no hacía falta "ya que nadie cuestionaba que una Iglesia fuera nuestra".

Cabe recordar que la Iglesia no está obligada a comunicar a las instituciones públicas que ha inmatriculado tal o cual edificio, por lo que las administraciones públicas podrían estar actuando con dinero público sobre monumentos de titularidad privada, en este caso de la Iglesia, sin conocimiento de causa.