El arquitecto Rafael de la Hoz Arderius, ya fallecido, fue coator junto con el también arquitecto Víctor Angel Caballero Ungría de las celosías instaladas en la Mezquita-Catedral en 1974, según un documento firmado el pasado 15 de julio por el propio Caballero Ungría al que ha tenido acceso este periódico. Se trata de un acta de manifestación que asegura que el diseño, realización y ejecución del proyecto fue llevado a cabo conjuntamente por ambos arquitectos, que se declaran coatores de las celosías y que viene a arrojar luz "sobre una resolución de la Junta de Andalucía que pone en cuestión la coautoría del señor De La Hoz" y afirma que, "si bien es cierto que aparece como firmante Víctor Caballero, ello se debe a que Rafael de la Hoz declinó en aquel momento firmarlo por ser entonces el director general de Arquitectura". Víctor Caballero rubrica asimismo que "no se considera el único autor de las celosías sino que reconoce sin reserva alguna que Rafael de la Hoz Arderius fue coautor de pleno derecho de las mismas" y además expresa su apoyo a la familia de De la Hoz "en la defensa del derecho moral de la obra frente a las actuaciones de supresión, desmontaje o transformación de las celosías que se pretenden por parte de la Junta de Andalucía". Este documento responde a la negativa de la Delegación de Cultura a aceptar las alegaciones de la familia del arquitecto en base a que los datos documentales existentes "no avalan la paternidad de la obra". Según dicho escrito, "el señor De la Hoz Castanys y su madre se atribuyen el reconocimiento de los derechos morales apuntando esencialmente a la idea de una supuesta conexión entre el autor y su obra, a la reputación del autor y al derecho inalienable de éste a disponer de la obra en términos de reconocimiento y de integridad". El escrito de la Junta de Andalucía señala que "si fue una obra en colaboración, no consta", a lo que De la Hoz contesta ahora que "ya consta".

Cabe recordar que la sustitución de la celosía que da al Patio de los Naranjos se hace para abrir una segunda puerta en el templo que permitiría la sucesiva entrada y salida de las hermandades de Semana Santa en procesión y evitar así la espera entre el paso de una y otra.