Marisol Chacón ha sido durante siete años presidenta de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE), que hoy deja a su sucesor. Con 22 años, en 1999, creó su primera empresa, Fashion Azafatas, y más tarde puso en marcha otra en Villanueva del Duque, Alojamiento rural Pedroches. Fue la primera mujer en presidir AJE, tras cinco presidentes.

-¿Por qué no vuelve a presentarse a la presidencia?

-Pues no es porque yo no quiera, sino que no puedo, por estatutos. Tengo 40 años, que es la edad tope que uno puede estar de presidente, no es otra cosa. Yo entré para dos años y me tirado más de siete.

-¿Qué balance hace de estos 7 años al frente de AJE?

-Cuando yo entré, en el 2010, coincidió con la crisis económica. Nadie regalaba su tiempo. Una asociación es un arma de doble filo, si tu lo haces mal, perjudica a tu empresa, y viceversa, era una presión continua. Y además era 2010, había muchas empresas que se daban de baja por los recortes, que desaparecían... Y verte ahí, con el anterior presidente que estuvo unos meses y lo tuvo que dejar... pues esto hay que vivirlo. Yo llevo desde los 22 años con mi empresa y a los 24 me asocié a AJE, estuve en un par de comités y decidí dar el paso porque tenía que haber una persona que afrontara aquello. Y al cabo del tiempo, AJE se ha posicionado como un referente, una asociación en positivo y visible a nivel de Córdoba y provincia.

-¿Qué se ha conseguido en estos años?

-De encontrarnos con muchísimas bajas a tener muchos más asociados. Podíamos tener unos 150 asociados y hoy tenemos 250. También hemos conseguido ser más visibles, más fuertes, al fin y al cabo AJE defiende y gestiona los intereses de los jóvenes empresarios, aunque hay asociados con más de 40 años, y todo en un gran ambiente y teniendo ganas de luchar sin ánimo de lucro.

-¿Cómo es el joven empresario cordobés?

- Yo creo que es de mucho talento. En Córdoba hay mucho talento y mucho emprendedor. En global, estamos contentos.

-¿Qué ofrece Córdoba a los jóvenes para que puedan abrir negocios y no se vayan fuera?

-El que haya montado un negocio en Córdoba eso es ya un logro a una escala bestial. Igual pruebas a montarlo en Málaga y funciona, por ejemplo, y lo llevas a otra ciudad y no sabes. Yo llevo con mi negocio 18 años y me ha funcionado, siendo en el sector servicios, cuando estamos con falta de un palacio de congresos y de infraestructuras. Por lo demás, en Córdoba hay cabida para todo y tiene potencial. La industria de Córdoba es el turismo, aunque quedan muchos flecos por ver, pues cuando ves que cierran los museos, que cierra el Alcázar en días de puente o por las tardes, por ejemplo, eso no se puede admitir en Córdoba. Si no puede asumirlo el Ayuntamiento, que contrate una empresa externa para abrir por las tardes.

-¿Se acogen los jóvenes a las ayudas al emprendimiento que ofrecen las administraciones?

-El tema de las ayudas es muy relativo. Son muy estrictos a la hora de cumplir los requisitos y cuando parece que te van a dar algo, no es lo que dicen. En el tema de las subvenciones hay que tener mucho cuidado. A las administraciones hay que decirles que no solo hay que ayudar a emprender, también hay que ayudar al que ya ha emprendido, con más flexibilidad en los pagos.