A cuarenta grados, lloviendo, granizando o tronando, las heladerías están ahí, como cada verano, para endulzarnos el día a día. A pesar de que la cuarentena dejó a estos negocios sin parte de su temporada, muchas de ellas se han mantenido a pie de cañón frente a las dificultades.

Algunas como Buonissimo, situada en pleno casco histórico, se han visto más afectadas y han sufrido el descenso del turismo y la paralización de la agenda cultural, registrando mínimos históricos en sus ventas. Además, en su caso, han tenido que abandonar muchas de las actividades que realizaban, como la visita con su carrito de helados a los niños del Hospital Reina Sofía.

Sin embargo, otras como La Flor de Levante Zoco y Costa Sol han mantenido su clientela sin, prácticamente, notar el efecto de la pandemia y han mantenido a toda su plantilla.

Dos caras de una crisis que, sin duda, ha cambiado la forma en la que los cordobeses disfrutan de su helado. «Cada vez vienen más a por el helado y se lo llevan a casa, pero nosotros tenemos instauradas todas las medidas de seguridad para que todos puedan disfrutar», cuenta Ruth Muñoz, empleada de La Flor de Levante Zoco. Estas medidas, a su vez, no han sido difíciles de implementar para Daniele Scolari, propietario de Buonissimo, que afirma que ya tenían protocolos estrictos de higiene antes de la crisis.

Helados artesanos

Tanto Buonissimo como la Flor de Levante Zoco y Costa Sol apuestan por la artesanía y la innovación. La Flor de Levante es una referencia en los helados artesanos cordobeses, pero sus años de historia solo les motivan para seguir creando. Cada año, Pacorro Espí, gerente de la Flor de Levante Zoco y Costa Sol, cuenta Muñoz, idea nuevos sabores para introducir en la carta. Este año tienen como novedad Conguitos, Avellana, Kinder White y un nuevo tocino de cielo, sumados a su extensa carta de sabores, 20 de ellos pensados para alérgenos. Sus clientes agradecen, cada verano, su implicación y sus novedades y, cada vez más, se fidelizan con productos como los batidos, cuya demanda ha aumentado significativamente con respecto a los años anteriores.

En Buonissimo, el maestro heladero Scolari también ha encontrado un balance perfecto entre la tradición italiana y la innovación, poniendo el alma en sorprender a su clientela, que se mantiene fiel a pesar de la crisis. El mes de julio, por ejemplo, lo dedicaron a la avellana, creando diferentes sabores con el fruto seco como protagonista y que, según cuenta Scolari, han tenido mucha aceptación. Avellana Gourmet, con una receta especial con avellanas del Piamonte, una modificación de su famoso Cremino de Plátano y Galleta de Turín, dedicado a la ciudad italiana con una gran tradición de produtos con avellana y chocolate. Además, están trabajando en un nuevo sorbete de Pitahaya o fruta del dragón, proveniente de productores locales y ecológicos. «Estamos intentando establecer una red con otros productores locales para así ofrecer lo mejor de la tierra cordobesa», concluye Daniele Scolari.