Otro de los derechos adquiridos en muchas empresas que la crisis se llevó fueron las cestas de Navidad. Los aires de mejoría que soplan en muchas compañías parecen estar retornando las buenas costumbres y, desde el año pasado, se deja notar en los negocios que se dedican a preparar este tipo de lotes. Francisco Castro, propietario de Rísquez, lo confirma. «Se nota que en las empresas vuelve a haber ganas de agradar y llevamos dos años en los que los encargos de este tipo remontan, aunque todavía estamos lejos de los niveles de antes de la crisis», aclara. Para agasajar a clientes y a empleados hay opciones para todos los bolsillos, comenta Castro, que en su negocio ofrece lotes «desde 25 euros hasta más de 1.000 euros por persona». El año pasado más de 60 empresas de entre cuatro y ochenta trabajadores encargaron a esta firma sus cestas navideñas y la cifra prevista para esta campaña, en la que aún se siguen produciendo encargos, va en aumento. «Nosotros ofrecemos lotes muy personalizados, en los que prima el producto de calidad, sobre todo, ibéricos, conservas, vinos tintos y blancos, espumosos y algo de dulce, que cada vez se demanda menos en estos lotes».

El precio medio de las cestas que las empresas cordobesas regalan a los trabajadores ronda los 50-100 euros, mientras que las que van dirigidas a los directivos pueden llegar a los 600. «El regalo suele ir en función de la responsabilidad que tenga cada empleado», señala. Regalar un jamón o una paletilla es otra opción atractiva en estas fechas, ya sea dentro de una cesta o como obsequio único. «Desde 63 euros, se puede comprar un jamón y con 100, una cesta graciosa», señala Castro, que negocia con sus clientes el contenido de los lotes en función del presupuesto y sus gustos. En estas fechas, salen de sus tiendas «más de 800 jamones y paletillas».