Ha fallecido el doctor Gabriel Anaya de Torre, uno de nuestros grandes urólogos y que, junto a otros compañeros, fueron pioneros de la Urología en Córdoba. Gabriel Anaya nació hace 95 años en Cazorla (Jaén). Lleva a cabo sus estudios de medicina en Granada y Madrid, dónde obtuvo el título de médico especialista en Urología (1965) y en Cirugía General (1969), así como el título de doctor en Medicina y Cirugía (1969) por la Universidad de Madrid, con la calificación de sobresaliente, en la Cátedra de Urología del doctor Alfonso de la Peña, junto a los referentes de esa disciplina a nivel nacional.

Comienza su carrera profesional en Granada y, posteriormente, en Córdoba, para incorporarse a la Seguridad Social en el hospital residencia Teniente Coronel Noreña. En 1952 se casa con Visitación Henares Muro (Chon), natural de Cazorla, mujer inteligente y guapa. Fruto del matrimonio han sido seis hijos. A tres de ellos les inculcó el amor por la medicina: Gabriel (Ginecólogo), Eduardo (Estomatólogo) y Fernando (Urólogo como él) y, a todos [Alberto (Ingeniería), Myriam (Derecho) y Cristina (Ciencias Económicas)], el espíritu de responsabilidad y esfuerzo en la vida.

Él siempre consideró la medicina como una profesión de servicio a los demás, donde el ser humano trasciende por encima de un simple número. Enamorado de Córdoba, nunca quiso apartarse de ella, salvo para participar en congresos y sus escapadas con la familia a Cazorla y Granada. Hombre culto, ya que era un lector empedernido, siempre tenía tiempo para escuchar a quien lo visitaba, de conversación pausada y amigo de sus muchos amigos. Y, ante todo, buena persona. Católico practicante, estará en ese cielo que se merecen los hombres buenos, donde volverá a corretear sin esas ataduras mundanas en las que le habían sumido sus muchos años. Seguro que, por alguna de las inmaculadas ventanas del más allá, sonreirá al ver lo mucho que ayudó a construir en nuestro mundo.