Del nirvana al infarto hay apenas un tiro de oca. Un día estás en paz contigo mismo y los tuyos (que ya es difícil, oiga) y otro, tiras el dado y se ha montado un circo con leones, funambulistas, payasos y la mujer barbuda a la puerta misma de tu casa. Y encima, ojo que no se diga, tú eres quien vende las entradas, las palomitas y los refrescos de las sesiones matinal, vespertina y nocturna, que ahora con esto de la pandemia, el circo tiene reducido el aforo y hay más sesiones. Así, vamos de oca en oca hasta el infarto de miocardio final. Show must go on.

Yo no sé quién es el hombre o la mujer que le está escribiendo el argumento a la Corporación municipal actual, pero estamos convencidos de que los directivos de Netflix están a puntito de desembarcar en el Ayuntamiento para buscar a esta eminencia del guion y contratarlo por una cifra desorbitada de millones de euros. ¡Fichaje inminente! Me río yo de los guionistas de la serie patria Vota Juan.

En el serial de Capitulares ha habido ya episodios para todos los gustos: un pelotazo en toda regla que la mala baba quiso calificar de dedazo (la base logística del Ejército de Tierra), estafas electrónicas en plan moderno (a Urbanismo), expropiaciones forzosas en ciernes (Caballerizas), un gerente fantasma (Imgema), una comisión de investigación por un lío entre jefe y empleada (caso Torrejimeno) y por supuesto la subtrama del doble sueldo (caso Timoteo), que tan entretenida nos pareció hace solo unos días.

Para el duro o la perra gorda, según sea usted más o menos talludito, solo nos queda asistir a un buen lío de faldas, una tensión sexual entre concejales a ser posible de distintas formaciones políticas, que se resuelva con encuentros apasionados y por sorpresa en los pasillos del edificio capitular. Qué morbo. De seguir así las cosas en este guion enloquecido no se descarta nada.

Lo dicho, que el guionista es un fenómeno y no hay quien le siga la pista. Así, cuando una creía que la salida de Eva Timoteo era el vuelco dramático que haría descarrilar la calma asombrosa del señor Bellido y estrellaría al Gobierno municipal en la cuneta misma de la inestabilidad política, la trama ha dado un nuevo y brutal giro dramático esta semana. La palabra clave del plot twist, que para eso estamos hablando de series y de plataformas audiovisuales, ha sido «zuncho». De justicia es empezar reconociendo que todos --quitando a los compañeros del metal-- hemos tenido que buscar en la RAE para concluir que un zuncho no es más que una zanja. Pues ahí, en la zanja, cavidad o canalillo, es donde debe situarse la polémica que en esta ocasión ha salpicado a Isabel Ambrosio, exalcaldesa de la ciudad, que en cuestión de días tendrá que acudir a la Ciudad de la Justicia para dar cuenta de una obra que hizo en una finca de su propiedad, ubicada en Obejo.

Para abrir juicio oral, el juzgado debe decidir aún si hay indicios de delito urbanístico (como apuntan los informes de Fomento y la Diputación) y si la obra realizada invadió parte de una vía pecuaria, la Real Cañada Soriana, de especial protección o dominio público. O bien, como defiende la portavoz socialista, esa calificación cambió y el suelo sobre el que se hizo la zanja es industrial, por lo que no estaríamos ante un delito sino ante «un grave error».

Para aderezar el capítulo, el guionista le echó su dosis de suspense (Ambrosio pidió permiso de obras, pero al no obtenerlo decidió iniciar la ejecución por «silencio administrativo positivo»), de espectacularidad (además del zuncho, después nos enteramos de que la edil reformó una piscina y levantó unos muros en otra parte de la finca que, eso sí, no está en suelo protegido) y de intriga (¿será el fuego amigo quien la traicionó?). Para completar la faena, el libretista condimentó la entrega con su poquito de debate ético o moral, según vaya usted a Valores o a Religión, para hacer reflexionar al espectador sobre la necesidad de que un cargo público actúe con mayor o menor ejemplaridad y si es comparable el caso al de decenas, qué digo decenas, de cientos; qué digo cientos, de miles de parcelistas cordobeses que han hecho otros miles de zunchos en otras miles de parcelas que pueblan nuestra bella Sierra y sin par Campiña.

Nos ha dejado el guionista con el alma en vilo hasta el próximo capítulo; qué mala leche se gasta. A todo esto, sigue sin desvelarnos quién será la actriz que entra a la serie tras la salida de Eva Timoteo: si será la expulsada de Ciudadanos, María Luisa Gómez, o el siguiente del casting. Es precipitado adelantarnos a la trama, pero les avanzo que en el caso hipotético de que Ambrosio también terminara abandonando la producción televisiva, a quien le tocaría incorporarse al culebrón sería a Carmen González. No sé si vieron la precuela de esta historia, pero solo les recordaré que la segunda no entró en la lista del PSOE a las municipales porque la candidata la vetó. Qué buen rollo da todo, de verdad. Continuará...