Los trabajos iniciados por distintos organismos para determinar las circunstancias en las que se produjo el fuego en la planta de reciclaje Recicor XXI, de Grupo Barea, avanzan dos meses después del siniestro. Así, este periódico pudo conocer ayer que la Guardia Civil ha concluido que el origen de las llamas fue fortuito, coincidiendo con la versión facilitada desde un primer momento por la propia empresa.

Este ha sido el resultado de la labor realizada por el equipo del instituto armado especializado en investigar incendios, que se trasladó de Sevilla a Córdoba para trabajar en el caso de Recicor. Su informe apunta que el inicio del fuego no fue intencionado, por lo que contribuye a arrojar luz sobre el siniestro, que alcanzó dimensiones muy destacadas al arrasar durante cuatro días, según los datos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS), 25.000 metros cúbicos de balas de plástico. La información de la Guardia Civil, sobre la que no han trascendido más detalles, será trasladada a la autoridad judicial.

Otra de las claves que quedan por conocer es el informe de Medio Ambiente (es la Junta quien concede la autorización ambiental a la empresa), que todavía no se ha conocido. Por su parte, los bomberos determinaron que Recicor XXI no disponía de plan de autoprotección, de licencia para la actividad y de condiciones de seguridad, y la Gerencia Municipal de Urbanismo coincidió en destacar que la planta no tiene permiso, por lo que le solicitó que paralice su actividad y la legalice.