Las puertas de las escuelas infantiles de Córdoba se han abierto hoy para recibir a los niños de 0 a 3 años, que son los primeros en incorporarse al curso escolar 2018/2019. El próximo lunes, 10 de septiembre, serán los alumnos de segundo ciclo de Infantil (de 3 a 5 años) y Primaria los que se incorporen a las aulas, mientras que los de Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional Inicial, Enseñanzas de Idiomas, Enseñanzas Artísticas y Educación de Adultos prolongarán sus vacaciones hasta el siguiente lunes, día 17.

En el caso de las guarderías, y a la espera de los datos oficiales de la Junta de Andalucía, la Coordinadora de Escuelas Infantiles de Andalucía estima que han quedado entre un 15 y un 20% de plazas vacantes en los 239 centros adheridos al programa de la Administración autonómica para el fomento de la escolarización en el Primer Ciclo de Educación Infantil. La Consejería había ofertado 11.326 plazas financiadas con fondos públicos, 63 más que el año anterior.

La presidenta de la Coordinadora, Rosario de la Peña, calcula que alrededor del 70% de los centros dispone aún de plazas libres para niños de 0 a 3 años, y es que, según apunta, “en julio muchas familias renunciaron a matricular a sus hijos porque no podían pagar el importe que les tocaba después de conocer sus bonificaciones”. A su juicio, el sistema de ayudas económicas “no responde a las necesidades reales de las familias, entre otras cosas, porque mira la renta del año 2016”. El nuevo decreto que regula el tramo de reducciones ha hecho que, “por ejemplo, unos padres que antes pagaban 69 euros por la plaza de su hijo ahora tengan que abonar el doble”, afirma De la Peña, quien insiste en que muchas personas “no pueden hacer frente a ese gasto”. El coste de las plazas de las guarderías se establece en un precio fijo. Así, los centros escolares pueden cobrar entre 278,88 euros y 247,51 euros, incluyendo el comedor en ambos casos, que asciende a 69,72 euros.

Al margen de los datos, la jornada de hoy ha sido tranquila en los centros, ya que, como apunta De la Peña, que también es directora de una escuela infantil en la capital, “estas primeras jornadas son de adaptación”. Sea como sea, no han faltado las lágrimas en los rostros de los más pequeños, una tristeza que, como es habitual, irá desapareciendo con el paso de los días.