El hospital La Arruzafa alertaba hace unos días de que había atendido en su centro a un menor de 12 años, que había sufrido quemaduras en ambos ojos con un puntero láser verde, que le habían dejado secuelas visuales importantes de forma permanente. Con esta llamada de atención, el hospital quería dejar patente el grave riesgo del uso indebido de dirigir la luz de este producto sobre los ojos y hacía un llamamiento a las autoridades para que eviten que se puedan adquirir los punteros láser en comercios sin restricción, por el riesgo de que los usen niños bajo ninguna supervisión.

Sin embargo, en España no existe normativa que impida la venta de los punteros láser en establecimientos autorizados. Además, en muchos casos estos punteros se adquieren por internet, aunque según la normativa, deben estar etiquetados según la clase que sea (de la 1 a la 4, en función de la menor o mayor potencia que tengan, de forma que a más potencia mayor peligrosidad en caso de exposición directa sobre los ojos).

La oftalmóloga Consuelo Muñoz, del hospital La Arruzafa, apunta que la lesión que sufrió este menor sobre la mácula (zona de la retina situada en la parte posterior del ojo que permite ver detalles con claridad) le ha dejado «secuelas visuales permanentes», lo que va a impedir que pueda desarrollar su vida normal. Esta especialista señala que, además de este caso, en los últimos años se han registrado otros. Sin embargo, este caso es más excepcional, porque los anteriores nunca habían afectado a un niño tan pequeño, ni tampoco la exposición de un puntero láser sobre los ojos había provocado daños en los dos ojos, siempre había sido solo en uno.

«Queremos incidir en que un puntero láser no es un juguete y no debería estar al alcance de menores. Este niño primero lo miró con un ojo y cuando vio que había una sombra, miró con el otro ojo. Debido a que miró directamente al puntero láser, el niño lo que ve ahora cuando mira fijamente es una sombra central, lo que afecta a la lectura, a apreciar los detalles. Este menor necesitará mucho apoyo y, por lo que sabemos, su familia está ya en contacto con la ONCE», expone Consuelo Muñoz.

Esta oftalmóloga recalca que el daño de exponer los ojos a un puntero láser es similar al de mirar un eclipse de sol. «Se llama maculopatía lumínica. Ese tipo de luz muy intensa, aunque solo sea mirada durante unos segundos, puede causar una lesión. Todo lo que emita una luz muy potente puede provocar un daño irreparable», destaca.

«Otro tipo de problemas oculares que pueden afectar a los niños vienen originados por el tiempo excesivo que pasan hoy en día usando móviles y tabletas. Sin embargo, esto lo que está provocando es un incremento de los casos de miopía, que tienen solución con el uso de unas lentes graduadas, aunque también se puede prevenir limitando la utilización de estos dispositivos. Consuelo Muñoz insiste en el peligro potencial de los láseres y aconseja no dejarlos al alcance de los niños para evitar que una situación, como la descrita antes, se repita.

Problemas legales

En España, la Ley de Protección de Seguridad Ciudadana contempla sanciones de hasta 600.000 euros por infracción muy grave, para aquellas personas que se valgan del haz de luz de estos punteros para distraer la atención de pilotos o conductores y provocar accidentes o si apuntan con este producto a policías u otros cuerpos de seguridad. En el ámbito deportivo también se contemplan sanciones por el uso indebido de punteros láser, sobre todo en los campos de fútbol, por apuntar con esta luz sobre el rostro de jugadores o árbitros.