La ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ha anunciado a las organizaciones agrarias que presentará, previsiblemente en este semestre, una «estrategia» para modernizar 800.000 hectáreas de regadío. García Tejerina presidió el comité asesor agrario, con los responsables de Asaja, COAG y UPA, en el que analizaron las prioridades del 2018, entre ellas la preparación de un borrador de dicha estrategia en materia de agua, según declaró el secretario general de Agricultura, Carlos Cabanas.

El plan está vinculado a los trabajos para «un pacto nacional del agua», ya que la agricultura supone el 65% del consumo y el Ministerio reconoce la importancia de mejorar la «eficiencia» del riego, según Cabanas.

El presidente de Asaja, Pedro Barato, reclamó «un plan inversor» en política de agua y que se «construyan y modernicen regadíos», al igual que «se han modernizado aeropuertos y carreteras» en España, pues no basta con «parches».

El secretario general de COAG, Miguel Blanco, apuntó que la estrategia del Ministerio para modernizar las 800.000 hectáreas podría implicar una inversión de unos 3.000 millones de euros y destacó el «acuerdo» en el sector sobre la necesidad de un pacto nacional del agua.

El secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, reclamó un incremento de las inversiones en gadíos porque «es posible y viable», el panorama en el campo es «complicado» tras los efectos de la sequía.

Según las organizaciones agrarias, el segmento de cereales está en peor estado por la sequía, mientras que el vino y el aceite van mejor si se analizan los precios, debido a una merma de cosecha. Además, los representantes de los agricultores han decidido crear una mesa nueva para abordar una reestructuración profunda del sector de la fruta de hueso.

En lo que se refiere a las pérdidas generadas por la sequía, la patronal Asaja cifró esta cantidad en unos 73,6 millones de euros, de los que la mayor parte corresponden al cereal y, muy especialmente, al girasol, que ha perdido superficie y calidad del producto, lo que hace temer a Asaja por el futuro de este cultivo en la provincia de Córdoba.